Aguaymanto: la Superfruta de los Incas

El último Inca se hubiera caído de espaldas si estuviese vivo para verlo: la ancestral fruta andina, llamada popularmente Cereza del Perú o aguaymanto (Physalis peruviana), llega a Europa… pero desde Suiza, donde una avispada empresa de ese país acaba de lanzar ingredientes para una “superbebida” basada en esa planta, a la que denominan “superfruta.”

Se le llama Uchuva en Costa Rica, Guchavo en Colombia, Bolsa de Amor en Chile, Uvilla en Ecuador, Cereza del Perú en México, Topotopo en Venezuela. En el Perú se le conoce como Aguaymanto, tomatillo o tomate silvestre. En total, en Sudamérica existen alrededor de 50 especies en estado silvestre, y algunos lo consideran como uno de los “cultivos perdidos” de los Incas, pues su punto de origen se ubica en Los andes, donde se conoce desde tiempos inmemoriales.
No es la primera vez que una planta milenaria del mundo sudesarrollado es “redescubierta” por el marketing moderno, como ha sucedido con el Kiwi, la Uña de Gato, el Ginseng y otros cultivos por sus diversos valores médicos o nutricionales, y algunos se han convertido en la gallina de los huevos de oro para los avispados empresarios que fueron los primeros en lanzarlos a los mercados internacionales.
Muchos de los alimentos tradicionales andinos están asociados históricamente con la longevidad y la buena salid, como por ejemplo la maca y la quinua, ricos en fitonutrientes que han obtenido reconocimiento internacional como “alimentos del futuro”, en los últimos años. En este mismo semanario, este reportero publicó la visita a España de la esposa del presidente del Perú, Nadine Heredia de Humala, nombrada por la FAO Embajadora Especial de la Quinua durante el 2013.

El periplo mundial de la fruta de los Incas.
Pero lo curioso en el caso del aguaymanto es lo sorprendente que ha sido su rápida incorporación a la escena alimentaria internacional, pues aunque la firma suiza que comercializa la nueva bebida afirme que “ha llegado el momento de la physalis”, resulta que su uso mundial no es nada del otro jueves, además de que el conocimiento de su existencia para los botánicos data de 1670, cuando la Physalis peruviana fue descrita por el gran naturalista Linneo.
Después de la conquista, y con el creciente intercambio comercial entre las metrópolis y las colonias americanas, la planta comenzó a migrar rápidamente, hacia África, Asia, y el Pacífico. Según el estudio de Julia Morton, “Frutas de climas cálidos”, la planta fue cultivada desde 1807 por los primeros colonos del Cabo de Buena Esperanza.
En Sudáfrica se cultiva comercialmente y es procesada como mermelada y conservas, también son exportadas las frutas enteras. En Gabón y otras zonas de Africa central se cultiva en pequeña escala, y poco después de su trasplante al cono sur africano, llegó a Australia, donde fue una de las pocas frutas frescas de los primeros colonos en Nueva Gales del Sur, y luego en Queensland, Victoria, Australia Meridional, Australia Occidental y Tasmania del Norte, e incluso en Nueva Zelanda.  
En la India, Malasia y China, también se cultiva en cierta escala y también fue rápidamente naturalizada en Luzón, Islas Filipinas. Alrededor de 1825 se estima que fue llevada a Hawai, donde se cultivó en todas las islas.
Actualmente, la fruta de los incas se ha introducido en mercados de Estados Unidos  (se cultiva en California) y Europa, donde los principales consumidores son Alemania e Inglaterra planta, y además de todos los países donde se ha aclimatado, se continua cultivando en gran parte de Sudamérica, y se da silvestre en Colombia, Bolivia, Ecuador y desde luego, Perú.

Contenido nutricional y múltiples usos
El Aguaymanto es una gran fuente de provitamina A, caroteno y vitamina C, así como algunas del complejo vitamínico B. Además contiene proteína en un 3% y fósforo en un 55%, excepcionalmente altos para una fruta.
La ciencia moderna le ha descubierto diversos usos terapéuticos, pues ayuda a purificar la sangre, tonifica el nervio óptico y combate las afecciones bucofaríngeas. Sus propiedades diuréticas la hacen recomendable para diabéticos y problemas de próstata.
Según expertos, su poder antioxidante ayuda a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, los cuales pueden afectar la integridad celular y atacar el ADN, el “ladrillo genético” de la vida. Esto puede contribuir a la prevención de diversos tipos de cáncer como el de colon y estómago.
Consumido fresco, sólo o en ensaladas, le otorga un toque agridulce a las comidas, y en Perú se procesa para obtener mermeladas, dulces,  helados, conservas enlatadas y licores.
Sin embargo, lo importante para los fabricantes del nuevo ingrediente para “superbebidas” al que han llamado Incaberrix TM (al menos se acordaron del los incas para esto), es su toque exótico e innovador en esta aplicación, haciéndolo atractivo para los fabricantes que buscan darle valor agregado a sus productos.
Así que puede estar atento, amigo lector, que cualquier día llega a su ciudad una bebida que se ufane de ser producida con extracto de Aguaymanto, miles de años después que los Incas la incluyeran entre sus alimentos y celebraciones.