Aprovechar los desperdicios orgánicos se traduce en incluso ambientales, y es más fácil de lo que parece. Utilice cáscaras, semillas, pieles, huesos... en platillos distintos o prepare fertilizantes orgánicos para sus plantas.
Al cocinar es importante optimizar los ingredientes, pensando siempre en hacer platillos donde puedan ser utilizados casi al 100 por ciento ya que el ahorro se verá reflejado en su bolsillo al final del día o del mes.
Según investigaciones realizadas por la Sociedad Americana de Química (ACS), el contenido vitamínico de frutas y verduras es más alto en las partes superficiales, razón importante para no desperdiciar la piel de estos productos, que la mayoría de las veces si tira a la basura.
Los recortes de legumbres y hortalizas tienen infinidad de usos tales como cremas, sopas, guarniciones y rellenos.
En el caso de frutas tropicales se puede realizar un pelado superficial para aprovechar al máximo vitaminas, minerales y fibra.
Las cáscaras de cítricos, por ejemplo, pueden suavizarse por medio de almíbares o confitados y ser incluidas en distintas preparaciones o en conservas dulces, comenta el experto.
Las semillas de papaya tostadas en el horno a baja temperatura pueden usarse en palanquetas y dulces garapiñados; la piel de manzanas y peras para hacer postres, ensaladas y mermeladas.
Otro dato revelador publicado por la ACS es que la cáscara de aguacates y kiwis proporciona un alto contenido de alfa y delta-tocoferol, formas de la vitamina E con beneficios comprobados sobre el sistema circulatorio, excelente fuente de antioxidantes y preventivas del mal de Parkinson.
Es recomendable utilizar las papas con cáscara, pues así se aprovechan mejor sus nutrientes y, cuando se realizan platillos que forzosamente las requieran sin piel, ésta puede ocuparse en infinidad de preparaciones fritas, rostizadas, cocidas, salteadas...
En vez de desechar el pan duro, puede usarlo en empanizados o en postres.
El aceite vegetal puede reutilizarse también después de pasarlo por un filtro de café o algún colador de malla fina; aunque no es recomendable reaprovechar el que se haya usado para freír pescados y mariscos, pues estos productos lo impregnan con su sabor.
Los recortes de carnes, aves y pescados pueden molerse para hacer otros platillos, y los huesos emplearse en sopas y salsas.
La piel de pescados como el salmón debería ser utilizada pues de acuerdo con estudios realizados por el Departamento de Agricultura Norteamericano es en esta área es donde se concentra la mayor cantidad de ácidos grasos insaturados y Omega 3.
