Las 5 cosas que necesitas saber para cocinar bien

Las 5 cosas que necesitas saber para cocinar bien

“Nadie nace siendo un gran chef, todos aprendemos a base de hacer”. Julia Child, la chef responsable de implementar la cocina francesa en el complicado mercado estadounidense, lo tenía claro: las habilidades del chef son adquiridas, y no innatas; pero, como sucede siempre, requieren trabajo.

Con el boom de los shows de cocina y el éxito de fórmulas como los potlucks – reuniones en las que cada uno de los asistentes trae un plato de su propia elaboración - la necesidad de aprender, de manera casera, el oficio de chef, está más a la orden del día que nunca. ¿Qué trucos básicos tener en cuenta antes de enfrentarnos a los fogones para un resultado estrella? Kaiku Sin Lactosa, la gama más amplia de productos ligeros y digestivos del mercado, comparte cinco cosas fáciles pero efectivas que debemos tener en cuenta si nuestro objetivo es participar, con éxito, en las comidas familiares y de amigos:


•    Echar mano de creatividad. Todo el mundo puede hervir un plato de pasta, pero incluso una receta tan simple – lo han demostrado los italianos – puede convertirse en toda una delicia gourmet con unos toques de creatividad: por ejemplo, cocinando durante un breve rato la pasta en la propia sartén en la que se haya preparado la salsa, para que todos los ingredientes estén bien integrados y se realice una verdadera sinergia de sabores. Ingredientes como el queso pueden resultar de extrema utilidad para dar un toque especial a los platos: mayor cremosidad en purés; una mayor homogeneidad en salsas, etc.


•    Utilizar ingredientes “everyone-friendly”. En una cena de 10 personas, existen todas las papeletas de que a alguien no le guste la comida muy especiada, no apruebe los sabores y combinaciones arriesgadas, o simplemente tenga digestiones difíciles. Son probabilidades frecuentes y no reñidas con hacer grandes recetas: simplemente se ha de asegurar el disfrute del plato por todos los comensales. Para ello, cocinar con lácteos sin lactosa que aseguren digestiones ligeras; utilizar productos frescos; asegurarse de potenciales alergias antes de recurrir a frutos secos y encontrarles sustituto; o medir el grado justo de especias que sirvan para dar sabor sin atosigar al paladar pueden convertirse en medidas clave.


•    Arreglar errores inoportunos. Un chef con poca experiencia puede quemar el arroz y tirarlo inmediatamente a la basura: pero un verdadero cocinero conoce trucos para arreglar desastres culinarios y utilizarlos a su favor. Por ejemplo, poniendo pan blanco sobre el arroz quemado para absorber el sabor “carbonizado”; remediar excesos de sal añadiendo una patata mientras el plato se elabora; o retirar la abundancia de grasa con un simple cubito de hielo.


•    Aprender el punto exacto de los ingredientes. Salvo que queramos añadir un “tartare” o un “al dente” a la descripción de las recetas elaboradas en casa, deberemos recurrir a viejos “trucos de la abuela” para conocer el estado de nuestros ingredientes. Hay vida más allá de lanzar un spaghetti a la pared y ver si se pega: por ejemplo, podremos comprobar si el aceite de la sartén está suficientemente caliente poniendo una cuchara de madera y viendo si se forman burbujas alrededor; o cuando un palillo sale limpio al pincharlo en un bizcocho.


•    Mantener la limpieza. El esfuerzo de cocinar va más allá de la pura cocción de ingredientes: la manera de prepararlos es igual de importante. En ese sentido, mantener la limpieza es un elemento clave en el proceso de cocinar: si los alimentos que estamos utilizando pueden dejar en nuestras manos un olor fuerte susceptible de trasladarse a otros alimentos (por ejemplo, al cortar una manzana después de una cebolla), existen sencillos trucos de los que echar mano: apretar las manos contra instrumentos de cocina de acero inoxidable, o contra semillas de café, son remedios inusuales e infalibles.