cerebro

Un estudio publicado en Neurology sugiere que consumir queso y crema con alto contenido de grasa podría asociarse a un menor riesgo de demencia, aunque no demuestra causalidad.
Pasar hambre o comer mal produce efectos muy similares a la falta de sueño o la deshidratación: el cerebro entra en un estado de agotamiento que dificulta la toma de decisiones y la memoria a corto plazo.