El Grupo Hotelero Iberostar sigue marcando la diferencia cuando de calidad y disfrute se trata. Ahora el Hotel Parque Central agrega una propuesta capaz de hacernos viajar con los cinco sentidos. Los Gastroshow que desde el pasado viernes ha comenzado a ofertar se suman a la ya descollante trayectoria de eventos gastronómicos que la compañía organiza en dicho recinto.
El lanzamiento del nuevo servicio tuvo lugar en un enclave de lujo: la piscina superior del hotel, rodeada por una vista inmensa de la Habana. El juego de luces y estilismos de la decoración aclimataron el espacio mientras un coqueto Mai Tai evolucionado obró como cóctel de bienvenida.
En un desfile de talentos cuatro chefs se encargaron de componer a ojos vista los diferentes platos a degustar: siempre la muestra y explicación del cocinero anticipaba el convite. Así pues, mientras la compañía de baile Havana Compás Dance repiqueteaba en el escenario, una Lubina en costra de mojo criollo, falafel de malanga, junto al Cava Freixenet Elyssia Rosé abrieron el banquete. Como volante, la Langosta mulata con notas de mango, frutabomba, calabaza y pepino, se abrazó de modo estupendo con la frutosidad sudamericana y balanceada acidez del Gran Mar Chardonnay Trivento.
De plato principal tuvimos el Entrecot "Ropa Nueva", cocinado a baja temperatura, guarnecido por yuca, cebolla asada y chicharrones de cerdito mamón, flambeado de ron y humo de tabaco... Para esta ocasión el tinto Mía Tempranillo aportó exquisitas notas rojas, ligeras pero aterciopeladas que confirman porqué este vino ha ganado tantos seguidores en sólo un año de comercialización en Cuba.
Por su parte, el show musical no había cesado. Erick Jon daba todo de sí sobre el escenario, como también lo hicieron los integrantes del Circo Nacional y su despliegue de fuerza y estilosas acrobacias.
Al llegar el postre no habían concluido las sorpresas. La Pavlova "Monocromática" de frutos rojos, crumble y guayaba también se llevó los aplausos; arropada por el Cava Mía Moscato, un rico espumoso para concluir el recorrido vínico.
A propósito de los excelentes caldos armonizados, subrayó Jorge Figueredo Rodríguez, gerente comercial de Freixenet en Cuba, -empresa que lleva 35 años en la isla y que además de la marca Freixenet representa otras bodegas como son Trivento de Argentina-: "Nuestro grupo y todas las bodegas que representamos, colaboramos siempre con los proyectos que intentan rescatar la cultura gastronómica de cada país, por ello nos unirnos a esta convocatoria de Iberostar. Nos vinculamos con eventos que pueden ser notorios para la presencia y el desarrollo del vino en Cuba, por eso trajimos estos maravillosos productos, los cuales pueden considerarse como nuevos dentro de nuestra línea y solo llevan un año comercial en el país. Continuaremos apoyando este tipo de actividades porque dignifican mucho la gastronomía, como en el caso de hoy: un menú que, a pesar de ser internacional combina muy bien especias y elaboraciones de nuestra culinaria".
A modo de colofón tuvimos el placer de elegir un Habano entre dos grandes del vitolario cubano: el Príncipe de San Cristóbal o el Edmundo de Montecristo, con sus respectivas y deliciosas fortalezas. Para maridar, un ron icónico, el Havana Club Añejo 15 años. Así pues, la sobremesa puso broche a la velada mientras la orquesta "El Niño y la Verdad" agregaba un nuevo sabor. Show y gastronomía fueron la clave de este viaje de sensaciones. La creatividad y la cubanía la razón principal.
Tal como explicará el chef del Iberostar Parque Central Omar Olvera, "la empresa trabaja para potenciar su firmeza en la isla siempre incentivando y promoviendo las tradiciones, la cultura cubana. En este sentido consideramos que cada país debe tener su parte fuerte en gastronomía. Con los Gastroshow queremos aportar conocimiento y, sobre todo, mostrar al mundo lo que es Cuba: es un país increíble.
"Esta primera edición tuvo un menú cubano contemporáneo, respetando todas las influencias que marcan a la isla, ya sea por las migraciones, los visitantes, e incluso la diversidad de productos importados, y también lo más tradicional y autóctono. La cocina cubana es más que Ropa Vieja, Masa Frita o Enchilados; si se hace en Cuba, si lo hace un cubano, o una persona enamorada de este país, lleva esa huella.
"Queremos destacar todo eso, utilizarlo a su máxima expresión. Por ello el 1er plato estaba dedicado a potencializar los sabores; el 2do demostró que, con el suministro disponible, podemos crear una combinación de colores acompañando un producto netamente nacional. La 3ra preparación estuvo dedicada a las texturas, y el postre fue pensado como una visión distinta de la Pavlova, y con toques como la guayaba.
"Este es un evento de muchas potencialidades, que nos pone ante nuevos retos. Estoy encantado con la idea. En nuestros Gastroshow ofreceremos los mejores vinos, la mejor comida, una cena como no se oferta en ningún lugar de La Habana o Cuba. Con la participación artística, de los sommeliers, habanosommelier, chefs, cocineros, continuaremos con la marca de calidad que nos identifica. Tenemos la infraestructura, el lugar, el producto, tenemos todo. Es un verdadero conjunto de cosas maravillosas, de cosas para disfrutar", enfatizó.