LA SOPAS en PERU

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Rodolfo Tafur
Categoría
cocina peruana

Así como el chicharrón es el plato común en Perú, podemos decir que no hay pueblo en nuestra amada patria que no tenga su “SOPA” y además esté orgulloso de ella. La receta y su preparación constituyen un sello de identidad de cada uno de esos pueblos. Un platito de sopa es tal vez el primer alimento solido de nuestra vida. Su aroma y sobre todo el sabor transporta a cada peruano al momento más feliz de nuestra infancia: La sopa que prepara o preparaba mamá o tal vez la abuela.

En toda feria dominical peruana, alrededor de ollas y fogones, se presentan las sopas, ahí, se rinde tributo a nuestra creatividad, se recuerda la tradición y se saborea el sentimiento. Se puede observar el verdadero sitial a las preparaciones que nos reaniman.

Las sopas en Perú podríamos definirlas como “cocina de altura”, sopas calientitas que tomamos cuando viajamos al interior del país, es casi obligado tomar y beber nuestro recuerdo.

Pasar por Junín, Huancayo, al bajar del ómnibus que nos transporta y dirigirnos al restaurante, nuestros ojos descubren una preparación, “PATASKA”, este delicioso plato o mejor dicho esta contundente sopa es una preparación prehispánica, su significado es muy interesante:

“PATA”, significa lugar superior, cuando se refiere a personas, nos referimos al familiar querido o respetado. La frase “KA” se refiere al acto de entregar con respeto a la persona.

El plato que se servía en esta fiesta matrimonial era una sopa denominada “Haywa” o “Haywachiq”, que significa ofrenda o cosa ofrecida. En la actualidad solo se utiliza la frase “Pataska” para referirnos a la sopa que se consume en muchos pueblos de la sierra del Perú. La frase amical era “Hay Pataska, hay matrimonio. Hoy comemos Haywa, hoy comemos Satanka (especie de pan para acompañar al haywa, hoy patasca). Vamos a “satanquear”(comer y bailar).

Los matrimonios andinos siempre estaban relacionados a las sopas, es decir somos un país “sopero”. La Pataska tiene una connotación muy especial, ya que cuando la ceremonia religiosa se daba por concluida, el acto siguiente era servir la hoy llamada Patasca. Esta preparación tiene como uno de sus ingredientes más importantes la cabeza de un carnero. En el caso de un matrimonio los novios recibían un plato de Pataska, donde se podía observar como ingrediente primordial las orejas del animal, esta presentación les decía a los novios que “siempre deben escuchar” los consejos de los padrinos de la boda, es por ello que a los protectores o padrinos se les entrega la lengua del carnero, y a los padres de los contrayentes se les ofrecía la sopa acompañado de los ojos del carnero, para que ellos se encuentren atentos al desarrollo de la nueva familia, que nunca dejen de observarles ya que si bien es cierto que era una nueva familia, ellos seguían siendo sus hijos y al nacer los hijos de estos, la familia se incrementaba.

Los amigos, institución muy importante en la vida indígena, recibían la sopa y además papas, yucas, camotes, zapallos, mote, y muchísimos productos más. La aceptación por los amigos de esta contundente y abundante preparación sellaba la fidelidad amical mucho más que un juramento. Los amigos deberían estar prestos a ayudar a la nueva familia. Su ayuda no solo se constituía en un apoyo moral, y sobre todo tangible como la sopa que recibían.

Puno tiene su “Patachi”, Trujillo su “Shambar”, Cajamarca su “Caldo verde”. Huánuco su “Locro de gallina”, Arequipa su “Chupe de camarones”, Iquitos su “Inchic Api”, San Martin su “Sopa de uña”, etc., etc. es decir todas las regiones del Perú están orgullosos de sus sopas.

En el Perú, la Leyenda se hace realidad y el Mito se trasforma en verdad”

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Rodolfo Tafur