Michelin se deshincha

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Enric Ribera Gabandé
Categoría
Michelin

Parece que en estos temas de la guía gastronómica por excelencia Michelin, las cosas no andan muy bien. Desde que apareció la primera edición de ésta a inicios del siglo pasado, toda la ambición de quien se preciara ser un gran chef y un no menos calificado restaurante era aparecer en ella y a mejor ser, con una estrella. Aquella impaciencia de algunos restauradores por ver si algún día tenían la gran suerte de que por la puerta de su restaurante entraba un inspector de la Michelin (de una manera anónima o no tanto) ha ido remitiendo bastante, hasta el punto que para muchos ha dejado de tener interés el proyecto de figurar en una futura edición de Michelin.

En nuestro vecino país de Francia, el camino de vuelta de la Michelin ha empezado a caminar en el sector más alto de la restauración gala. Lo que era impensable hace tan solo unos pocos años, hoy es una realidad. Un restaurante, tan clásico y consolidado como Michel Bras, situado en un pequeño paraje natural de la pintoresca población de Laguiole, ha dicho: “Basta. No queremos estar más tiempo ligados a la disciplina de la biblia de la restauración francesa”. Dando un sonoro y mediático golpe de puerta a ésta, se ha despido de Michelin, renunciado a sus tres relucientes estrellas (o quizás no tanto), que disfrutaba, para despedirse del Olimpo “michelinero”. “Adiós, adiós, adiós Michelin. Me voy para no volver a estar más contigo”, ha aseverado Sébastien Bras, hijo de Michel, alma mater de un proyecto que a priori, en sus inicos, nadie creía en él, y que, contra todo pronóstico, lo ha levantado hasta lo más alto de la restauración francesa contemporánea.

Sébastien Bras, que hace unos 10 años recibió el relevo de su padre Michel, anuncio a través de su página de Facebook la destacada noticia de su renuncia: "Abro así un nuevo capítulo de mi vida profesional sin las estrellas de la guía roja, pero siempre con tanta pasión por la cocina. Por supuesto, vamos a continuar, con nuestro fiel equipo, a hacer vivir al Suquet (su restaurante) esta experiencia mágica de la Aubrac, siempre con esta búsqueda de la excelencia.

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Restaurante Le Suquet.

 

Pero no ha sido la primera renuncia a las estrellas Michelin que ha habido en territorio galo a lo largo de la historia. El mismísimo Joël Robuchon, que en 1996 fue uno de los primeros en decir no a la guía cuando disfrutaba de 3 estrellas, fue una nota destacada que llenó muchas páginas de la prensa internacional, apostando  a partir de entonces por restaurantes menos glamurosos pero, aparentemente, más rentables. Otro de los chef que también se marcharon de la guía fue Marco Pierre White, que llegó a ser el más joven en conseguir las preciadas tres estrellas Michelin, aseverando que la guía estaba obsoleta.

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Enric Ribera Gabandé