El arte de beber conlleva un ritual. Se trata no solo de una acción, sino de un proceso en el que intervienen objetos, ambientes, compañías, estados de ánimos, sentidos. Muchos elementos influyen en la degustación de una bebida alcohólica como por ejemplo el brandy. Su exclusividad, por supuesto, es uno de ellos. La relación entre placer y excelencia de un producto es directamente proporcional.
Por ello, los amantes de esa bebida espirituosa nombrada brandy aseguran que el de Jerez es incomparable. Las singulares características organolépticas de este brandy español son resultado de su tradicional sistema de elaboración, las vasijas de madera en las que envejece y el clima de la región donde se concibe, el Marco de Jerez.
Brandy de de Jerez. El paladar lo sabe
Instituciones pudieran denominarse las bodegas de Jerez, pues no solo constituyen los inmuebles que acogen la creación de los brandis, sino también las empresas productoras, íconos, la mayoría, de la historia del brandy español. Para los seguidores del espirituoso jerezano, nombres como Sánchez Romate HNOS. S.A, Garvey, Osborne, Williams & Humbert, Lustau o Barbadillo son bien conocidos. De tales bodegas proceden los estelares brandis Cardenal Mendoza, Conde de Garvey, Carlos I, Gran Duque de Alba, Lustau Solera Gran Reserva y Barbadillo Gran Reserva, respectivamente.
Entre las ventajas de poseer una botella de brandy de Jerez está la de poder disfrutarla de diversas maneras. La exclusividad de la bebida permite degustarla de forma tradicional o moderna. Si es usted de los que prefieren respetar las costumbres, basta con servirlo en una copa “balón” (de amplio cáliz ligeramente cerrado y tallo corto, ideal para este espirituoso) y regodearse en su color, aroma y sabor. Sin embargo, si es de los que eligen nuevas experiencias, puede añadirle hielo, beberlo a muy baja temperatura en forma de chupito, o bien combinarlo con otras bebidas y degustar la coctelería. Un vieux carré, un brandy alexander o un highball siempre son bienvenidos.
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Cada vez son más los chefs que proponen combinaciones entre determinados platos y el brandy de Jerez. En dependencia de su tipo, esta bebida puede armonizar con numerosas propuestas gastronómicas. Incluso, puede usted mismo emplearlo en la cocina, no solo para el exquisito flambeado, sino también como un ingrediente más de la receta.
Pero la fuerza de la tradición de esta bebida hace que también sea gratamente recibida en el complejo y excitante mundo del Habano. El perfil aromático gustativo de los Brandy resulta perfectamente compatible con una amplia gama de territorio de sabores que se mueven desde un Trinidad o Romeo y Julieta, pasando por un Montecristo. Incluso puede armonizarse con Partagás o Ramón Allones, por solo exponer alguna de las icónicas marcas de Habanos.
Sin dudas, el brandy de Jerez es un buen amigo. Un amigo de lujo. Siempre lo hará sentir bien y lo sorprenderá cuando menos lo imagina. La singularidad de su creación, como es lógico, lo hace especial. Cuando tenga entre las manos este espirituoso, sea consciente del tesoro que posee y ríndale tributo. No lo beba de golpe ni deje de apreciar su aroma y color. Recuerde, hágale un ritual. ¿Acaso las deidades no lo merecen?