Nyotaimori... el arte de comer sobre el cuerpo. Parte (I)

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Frank Padrón
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Nyotaimori-sushi

Del legendario Japón nos llega un acto muy relacionado con la instalación o el performance de las artes plásticas —y hasta con el teatro— donde se funden ambos sentidos del término "comer". Nyotaimori (女体盛り) es, en el país oriental, la práctica de ingerir sushi, el exquisito plato nipón, directamente sobre un cuerpo femenino, mientras el nantaimori (男体盛り) es el equivalente en el caso del hombre.

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Previamente entrenada para permanecer en posición horizontal durante horas, la persona debe tomar antes un baño con jabón sin aroma y agua fría, lo cual no solo garantiza la higiene sino que la temperatura del alimento —como se sabe, sobre lo frío o "del tiempo"— coincida con la corporal, además de ser depilada. Como quiera que en Japón la exhibición del vello púbico tiene connotaciones eróticas, aunque desde ya uno se pregunta: ¿y acaso esta suerte de performance "sitofílico" (fetichismo sexual en el cual se alcanza el placer sexual en situaciones que involucran el uso de comida), lo es menos?

A pesar de las críticas por grupos moralistas de ciertas partes del mundo (digamos, en China, donde se ha prohibido) el nyotaimori y el nantaimori han extendido su radio geográfico y tienen cabida en varias ciudades europeas, estadounidenses e incluso latinoamericanas (como Buenos Aires). Pudiera afirmarse que han sido adoptados por el occidente, donde hoy por hoy pueden encontrarse más que en el propio Japón.

Esto puede explicarse en el hecho de que el Japón moderno no tiene la misma relación con la desnudez y el erotismo –sobre todo femenino– que el antiguo, donde era algo mucho más natural y asimilado. Ahí están –comenta un estudioso del tema– "las campesinas en casi permanente topless o en festividades sintoístas donde la desnudez juega un papel importante (como el Hadaka Matsuri o "festival desnudo").

No obstante, en tiempos recientes la visión de un cuerpo libre de ropas, especialmente de mujer, se ha convertido en un fuerte tabú que se refleja tanto en la absurda pixelación de los genitales (incluso en películas pornográficas) como en la automática y pacata clandestinidad de casi cualquier práctica que incluya desnudez.

Considerado una variante de fetichismo, la práctica del Nyotaimori remite a una concepción que fusiona de manera sencilla, directa y visual, la concepción del cuerpo en su dualidad erótico–gastronómica: el objeto de caricias, sensaciones y deleite sexual; el depositario potencial –en el caso de la mujer– de una nueva vida después de la acción anterior; el símbolo del apetito, que metonímicamente se traslada al campo de la sexualidad, es también, mediante ese acto: mesa, plato, recipiente donde se coloca una comida para ser ingerida.

Sin embargo, el receptáculo —el cuerpo— dista mucho aquí de ostentar la pasividad que tiene en la comida tradicional. En cierto sentido, es un estático pero a la vez sutil "tentador", como refrendan algunos comensales, por ejemplo, de restaurantes españoles que ofertan tales servicios aunque con ciertas variantes que incorporan no solo alimentos locales y foráneos (california makis, teppamaki de atún, nigirizushi variados…), sino que modifican ciertos elementos estructurales (digamos, el colocar hojas de plátano sobre el cuerpo, para evitar la quemadura de platos calientes, otro aporte a la "receta original").

Performance, teatro, artes plásticas, erotismo, degustación…la comida en su doble función práctica y estética se funden en el Nyotaimori que sin dudas, habla muy bien de la condición artística de lo culinario.

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Frank Padrón