Para conservar el vino una vez abierto debemos tener en cuenta que se trata de una sustancia viva que está en constante evolución, es por eso que necesita de unas condiciones ambientales determinadas para no perder sus propiedades organolépticas. Por ello, es muy importante almacenarlo de forma correcta, pero, sobre todo, saber qué debemos hacer para que no se eche a perder una vez que lo hemos abierto.
Aunque lo más aconsejable es consumir el vino el mismo día que se abre la botella y aunque existen formatos de botellas adecuados para casi cualquier ocasión, lo cierto es que no es raro abrir una botella de vino y que no se acabe al momento. Por esta razón, la Corporación Vinoloa, empresa dedicada a la distribución del vino con marcas propias, han querido ofrecer una serie de consejos para conservarlo.
Recomendamos: Lo que debes saber para convertirte en un experto en vinos
Consejos para conservar el vino abierto
Se puede consumir hasta 36 horas después de haber abierto la botella
Hay que tener en cuenta que un vino abierto se puede consumir hasta pasadas 36 horas. Una vez que se ha abierto la botella, comienza la oxigenación del vino con lo que sus propiedades se diluyen. Además, muchos de sus componentes son volátiles por lo que, cuanto más tiempo estén en contacto con el aire, más se perderán.
La botella abierta necesita unas condiciones especiales
Para mantener las propiedades del vino y poderlo consumir más adelante, es importante que se encuentre en una zona fresca y seca de la casa. La temperatura ambiente de la estancia no debe superar los 22 ºC. Ahora, en veranos, lo recomendable es mantener el vino abierto en la nevera, ya que las temperaturas son más altas, por lo que el vino se deteriorará más rápidamente. Recuerda, además, que hay que alejarlo todo lo posible de la luz tanto solar como artificial.
Guardarlas en posición vertical
Al contrario de lo que ocurre con las botellas cerradas, cuando ya están abiertas es mejor guardarlas en vertical. De esta manera, disminuimos el contacto del aire con el vino y evitaremos las oscilaciones de la botella.
El corcho es el mejor tapón
Hay que tapar siempre la botella abierta con su propio corcho para conservar el vino abierto. Este material es uno de los mejores aislantes de líquido que existe. La corteza de alcornoque es capaz de contener el vino mientras le aporta la mínima oxigenación que necesita para madurar, pero sin que se abombe. Si el corcho ha quedado inutilizado, existen en el mercado una gran variedad de tapones con las mismas funciones y beneficios.
Le puede interesar: Vinos cerrados con tapón de corcho alcanzan un valor superior en el mercado
Guardar el vino en un recipiente más pequeño
Otra gran alternativa cuando no se ha terminado la botella, es cambiarlo a una más pequeña. Mediante un embudo se puede hacer el traspaso de un frasco a otro, aunque hay que intentar llenarlo lo máximo posible de tal forma que apenas quede un dedo entre la botella y el tapón.
Le puede interesar: Amantes del vino, 10 situaciones en las que sobresalen
Estas son unas recomendaciones generales para conservar el vino una vez abierto. Ahora bien, hay que tener en cuenta que no todos los vinos se conservan en buen estado durante el mismo tiempo. Los vinos espumosos son los que más rápido se deterioran, mientras que los tintos jóvenes pueden durar alrededor de una semana. Los vinos blancos, tintos crianza y rosados, duran entre 3 y 5 días.
Fuente: Corporación Vinoloa