Cuando usted tiene un vaso o copa y sigue detalladamente con la mirada el recorrido sutil de la gota ambarina por el cristal, conjugada con un aroma cautivador, y un sabor distintivo, puede tener la certeza de que está en presencia de un ron ligero cubano.
Precisamente sobre esas bases se desarrolló el VI Coloquio Internacional Científico Técnico del Ron Ligero, organizado por CubaRon, pretendiendo ser un hábitat para todos aquellos que a diario luchan por preservar las tradiciones de nuestros rones, posicionarlos, convertirlos en Patrimonio, vestirlos con la casaca de lo trascendental y único.
El salón Telde del Meliá Habana se convirtió durante dos jornadas en ese puente, un faro por el cual todos los amantes de los espirituosos nos guiamos una vez más.
Una oportunidad única para intercambiar objetivamente saberes en torno a nuestro ron, los secretos de alquimia, características peculiares de cada región, y ases bajo la manga de los maestros roneros cubanos, reunidos en su totalidad en un hábitat muy favorable.
Desde estrategias de posicionamiento y comercialización en los diferentes mercados; pasando por el lanzamiento de ficha de oportunidades de negocios e inversión en la industria del ron; La utilización de energías renovables en dicha industria; el uso del ron en la coctelería; Lanzamiento de ficha de oportunidades de negocios e inversión en el ramo; hasta: ¿qué es ser maestro del ron cubano? ¿Cómo preparar a las nuevas generaciones?
Eso no lo fue todo. También se hurgó en lo concerniente al Patrimonio regional (Oriente, Centro y Occidente) en la industria del Ron: tradiciones, prácticas, usos, leyendas, personajes, lugares, fiestas, rituales, y su proyección en la literatura, al cine, las artes plásticas, la música y demás manifestaciones artísticas; y se presentó la Convocatoria del próximo Festival del Ron Cubano 2020.
Aderezada cada temática con catas comentadas, y visita a la Ronera de Santa Cruz del Norte, en la provincia de Mayabeque…
VI Coloquio Internacional Científico Técnico del Ron Ligero. Entrando en calor
Como la huella que deja un sorbo de un buen ron ligero cubano, se habló de la trascendencia y prestancia de este producto, desde su germinar de manera oficial en 1862, hasta nuestros días, con dos de los productos que rinden por demás homenaje a La Habana en sus 500 años: El Havana Club 1519 y Giraldilla, homenaje de los maestros roneros del Oriente a la capital de todos los cubanos.
Diálogo que incluyó detalles sobre bases y mezclas, características peculiares de cada una de las regiones roneras, procesos de añejamiento natural total y continuo con algunas de sus peculiaridades; y el nexo que halla el Ron con diferentes expresiones de la vida social del cubano, en su condición de elemento patrimonial y en muchos casos cómplice o protagonista de insospechadas tradiciones.
Expresiones de presente sólido y continuidad que destierran cualquier barrera de secreto.
"El ron es como un nicho, que ampara a todos los que viven por él y para él. Es historia, es parte de la imagen de nuestra Cuba, y como tal hay que seguir trabajando, mezclando, creando, y defendiéndolo como si de la bandera se tratase. En cualquier escenario en el que nos corresponda”, manifestó el maestro Asbel Morales.
Todos y cada uno de los diez maestros roneros cubanos, incluidas dos féminas, expusieron sus vivencias de cómo llegaron a ese nexo irreductible con el néctar extraído de las mieles de nuestra caña de azúcar, experiencias y camino de años recorrido. El aporte que en la cotidianeidad realizan para preservar la condición de producto de excelencia, y cómo formar o transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones, como si el líquido celosamente guardado en un barril longevo, se traspasase a uno recién llegado de Escocia. Esta secuencia, con un componente de humildad insospechado.
No faltó el momento para traer al presente el boom de la coctelería que se produjo en 1920, máxime cuando La Habana fue declarada Capital Iberoamericana de la Coctelería en 2018, y se patenta en las calles de la urbe un movimiento fuerte, cualitativamente loable, de tragos reinterpretados y de autor, que hallan su expresión en bares y restaurantes diseminados por esta Ciudad Maravilla.
Rafa Malem, presidente de la asociación de Cantineros de cuba, se encargó de darle sabor a este panel, con sus peculiares anécdotas mezcladas como si de agitar ingredientes en una coctelera se tratase.
Y de eso justamente se trató el Coloquio. De aglutinar saberes, intereses comunes, visión de futuro, como si de alquimias ideales agitadas con la cadencia perfecta en una coctelera se tratase.
A propósito de intereses, Juan González Escalona presidente de CubaRon S.A. ponderó la entrega de los maestros del ron cubano, como defensores de la patria a través de este producto, con profundo sentido de la ética profesional, cultura del comportamiento, y dedicación ilimitada para con lo que creen en un plano físico y sentimental.
Un detalle interesante: para la creación del Ron Havana Club 1519 se autorizó el empleo de las reservas corporativas de CubaRon, de las cuales la mayor parte en la región occidental, se guardan con recelo en la Ronera de Santa Cruz, bajo la tutela de Juan Carlos González Delgado y la maestra Salomé, quienes se unieron a Asbel Morales y Manuel Calderón, para desarrollar este producto de primerísima cantidad, con solo 500 botellas producidas y de ellas 250 comercializables.
En tanto, Giraldilla, envasada en una botella sui géneris en la Ronera de Cárdenas, pero con fórmula esculpida por los maestros del Oriente, saldrá a la luz con una producción de 10 mil cajas de 12 botellas, las cuales de manera excepcional se comercializarán a 50 pesos en moneda nacional.
Oportunidad única para que la población pueda brindar por nuestra Habana, un esfuerzo corporativo devenido tributo, y un Coloquio que hermanó, como ese brindis en el que todos pedimos salud y buenos augurios.