La relación de los vinos chilenos con Cuba es de las más sólidas si se habla de turismo y gastronomía en el área. Por más de veinte años la presencia de estos productos ha sido una constante con menor o mayor realce en la hostelería de la isla, pero en los últimos años ha logrado un gran posicionamiento en el mercado, después de España. Por eso, que se desarrolle por segunda ocasión la Academia de Vinos de ProChile, viene a ser una confirmación de las fértiles y afianzadas sinergias entre ambos países.
Justo a unos días del 500 aniversario de la Villa de San Cristóbal de La Habana se celebró dicho encuentro práctico-lectivo, el cual sesionó durante dos días en el Wine Bar del Club 1830. El Taller "Academia de Vinos", organizado por ProChile (Dirección de Promoción de Exportaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile) de conjunto con la Embajada del país andino, permitió a importadores, compradores, sommeliers, y profesionales diversos, vivir un recorrido de aprendizaje teórico-práctico de altísima calidad. Allí fueron repasadas las tipicidades enológicas del país sureño, sus actualidades legales en pos de una cultura y reconocimiento vitivinícolas más específicos y competitivos; así como el revival de que gozan hoy determinadas cepas, esas que han formado parte del paisaje andino desde hace lustros, pero solo en la actualidad comienzan a disfrutar de un alza palpable tanto en la cátedra como en el comercio.
La sesión comenzó por una ojeada a las diferentes regiones productoras de la nación sureña, enfatizando en la visión de su geografía desde una perspectiva más específica: ya no solo se mira a Chile por la disposición de los viñedos a lo largo de su angostura, sino también a lo ancho. Cada vez se valoriza con más fuerza el concepto de "terruño" y la Ley de 2018 lo sustenta: las denominaciones Costa; Entre Cordilleras y Andes han sido un punto de giro indiscutible en la producción enológica del área. Asimismo, la aparición de Denominaciones de Origen institucionalizadas enriquece el panorama.
En cuanto a cepajes, los dos días de intercambio también fueron profusos. Las ponencias de la reconocida sommelier Miriam Alfonso, quien impartiera las conferencias y dirigiera las catas, abarcaron desde las variedades globales y más reconocidas como son la Sauvignon Blanc, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Syrah y sus expresiones chilenas, como también una particular incisión en la Carmenere, punta de lanza de la vitivinicultura de dicha nación y que ha otorgado nombre propio a cuanto se hace en estas tierras del Nuevo Mundo. Igualmente, el rescate y cada vez mayor presencia de varietales de antaño, -ausentes durante décadas de las vitrinas pues carecían de justiprecio por no pertenecer a la icónica lista de uvas nobles-, ha significado un cambio en lo que hoy puede encontrarse en las vinotecas. Las uvas País, Carignan, Cinsault y Semillón se están imbricando en la cultura local y generando renovadas sapiencias, e incluso el retomar de técnicas antiquísimas de vendimia y beneficio de los granos. Para bien de la diversidad ante el consumidor, la irrupción de estos caldos aporta nuevos matices y expresiones a una industria ya de por sí heterogénea y cambiante. Valga apuntar al respecto que, justo como se mencionó durante las Master Class, incluso el innegable cambio climático ya está mudando los mapas enológicos del orbe y Chile no está exento de ello: viñas, expresiones y varietales comienzan a proliferar en locaciones anteriormente impensadas y, tristemente, en otros casos ha habido también un impacto negativo que impulsa a acciones drásticas ante la inminente desaparición o afectaciones de un terroir determinado.
En boca...
Como parte indispensable del acto de conocer sobre vinos, las catas comentadas son en estos talleres siempre un momento pico. No fue diferente en esta ocasión. Con el apoyo de importadores en Cuba (CAMAX Chile, Freixenet, Jacques Scott y Destilerías MG) de numerosas viñas chilenas, ambas jornadas de noviembre -mes en que se inserta la Semana de Promoción del Vino Chileno en el mundo-, permitieron a los asistentes degustar un muy interesante espectro de propuestas de gama media y alta: De Viña Undurraga el Undurraga Brut, el Pablo Neruda Sauvignon Blanc 2018 y el Cabernet Sauvignon 2017; de Viña Haras de Pirque el Albaclara 2018 y el Hussonet Cabernet Suavignon 2016; de Viña Palo Alto el Sauvignon Blanc 2017 del mismo nombre y el Reserva I, 2014; de Viña Estampa el Fina Reserva 2016 y el Gold Estampa 2016; así como el Gran Reserva Bicentenario 2018 de Viña Casa Donoso, y pisco de la Cooperativa Pisquera Capel.
A propósito de esta iniciativa y su repercusión apunta María Angélica Masia, Cónsul de Chile:
"Dentro de la promoción de nuestros productos en el exterior el vino es el gran embajador, por tanto, no puede dejar de estar presente en la isla. Nos interesa mucho que se conozca el vino, que se disfrute y se entienda; por eso buscamos juntar la academia, que son aquellas personas amantes del vino que se han ido perfeccionando al respecto, por ejemplo los sommeliers, con aquellos que trabajan comúnmente con dicho producto, como son los restaurantes, para que conozcan un poco más sobre nuestras particularidades: la industria del vino chileno evoluciona todos los días, por esto realizamos este tipo de eventos, en los cuales se conjuga el acto de promover el producto chileno, y, a su vez, que las personas puedan avanzar en sus conocimientos.
"También por este motivo elegimos vinos de gama media-alta para el Taller. A nivel mundial el vino de Chile ha sido muchas veces conocido como ‘bueno, bonito y barato’ pero, en realidad, tenemos muchos más; por eso el encuentro fue pensado para acercar propuestas no tan habituales, mostrando diferencias y dando espacios a bodegas noveles o incluso tradicionales que han tenido ramas más nuevas, con idea final de impulsar el gran espectro del vino.
"Estamos claros que, con todas estas iniciativas ha habido una evolución en el consumo y conocimiento de la vitivinicultura chilena y su valoración. A lo largo de toda la isla cuando se recorre puede constatarse que los vinos chilenos están presentes en los restaurantes, hoteles, negocios privados y esto se debe a un mayor conocimiento transmitido: si el que compra no posee información efectivamente no llegara a la mesa. Por otra parte, en esta ocasión quisimos también ilustrar un fenómeno que se está dando en la actualidad enológica de nuestro país: desde hace unos años Chile busca volver a sus orígenes; se retoman cepas olvidadas, que en ocasiones (y en otros lugares) fueron arrancadas y aquí están revalorizándose. Por ejemplo, vuelve la País como una uva que está potenciando una mirada hacia lo originario. Es una especie de síntoma latinoamericano: todos intentamos volver a nuestros orígenes y el vino no puede estar exento de ese tipo de evolución", subraya.
Por su lado Miriam Alfonso, sommelier profesional cubana que actualmente labora en Chile, y quien impartiera las conferencias durante el Taller es incisiva:
"El conocimiento es esencial, aprender sobre lo que está sucediendo en términos de vino en Chile es fundamental para los profesionales del sector en Cuba pues son productos que tienen gran presencia en el mercado y resulta básico estar bien informado para poder vender y hacerlo desde el conocimiento. En este sentido la labor de ProChile para propagar en Cuba esa cultura ha sido meritoria, tanto con los viajes de intercambio con las viñas, como con la organización de talleres y academias como la que acaba de concluir. Siempre es bueno conocer de las novedades y particularidades, de esta industria, por eso en esta ocasión repasamos temas de leyes, nuevas Denominaciones de Origen, nuevas cepas que están en el mercado y no estaban dentro de la ley, nuevas áreas, zonas, crecimiento en lugares donde antes no había producción de vinos tranquilos y solo se hacía pisco, etc. Hay un sustento legal para muchas cosas que están aconteciendo hoy en el mundo del vino en Chile. Traer a Cuba todos estos cambios era importante, y también lo era acercar al consumidor en la isla a propuestas de una gama superior.
"En una nación con el potencial turístico de la isla no queda de otra que seguir expandiendo el conocimiento porque llegan clientes que pueden optar por un vino por copa, pero también los hay que solicitan una botella de vino de alto precio, de alta gama o de guarda y es necesario que las personas encargadas sepan cómo servirlo, en qué temperatura y qué importancia darle. El tema es otorgarle el valor que merece a cualquiera de los vinos: ya sea aquel de relación calidad-precio buena, que se vende en un hotel ‘Todo incluido’ o por copa; que aquel que llega a un nicho de mercado de mayor nivel y pueda significar una diferencia o una novedad. Se trata de estar preparado desde lo mínimo hasta lo más alto, y para ello hay que estudiar, no hay otro modo: renovar conocimiento, capacitar a las personas. Estudiar y estar constantemente atentos es la clave", recalcó la especialista.
Brindemos por ello.