En el año 2019 España y Portugal, el destino ibérico, tuvieron más de 100 millones de visitantes, distanciándose claramente de Francia, que pasaría a ser el segundo destino más visitado.
Aunque la pandemia ha obligado a paralizar el turismo durante meses, no hay que olvidar que éramos el destino turístico número uno del mundo y, seguramente, lo seguiremos siendo.
En los próximos meses será necesario ir recuperando la actividad de este sector, tan importante para nuestra economía. Para ello es el momento de plantear el destino ibérico como un espacio global que abarque el conjunto de España y Portugal, dos países con una gran riqueza histórica, paisajística y gastronómica.
Turismo y gastronomía en el destino ibérico
Cuando hablamos de destino ibérico hay dos aspectos fundamentales que habría que fomentar: el turismo y la gastronomía, cuya importancia es evidente, tanto desde el punto de vista económico y laboral como social y cultural.
En el aspecto gastronómico, la oferta de los dos países constituye, claramente, una de las más interesantes y completas del mundo. España y Portugal ocupan los primeros puestos en el ranking internacional de la cocina tradicional y la cocina creativa. Pero es probable que lo más interesante para los turistas sea nuestra materia prima, nuestros alimentos y bebidas, los de España y los de Portugal.
Por su situación geográfica y las influencias culturales que ha recibido a lo largo de la historia, la gastronomía de la Península Ibérica se basa, fundamentalmente, en la Dieta Mediterránea, una dieta saludable, solidaria, sostenible y satisfactoria que ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Tanto en España como en Portugal predominan los productos del mar, los pescados y los mariscos, y también damos la máxima importancia al mundo vegetal, las frutas y las verduras. Y, por supuesto, al aceite de oliva virgen extra.
Destaca también la oferta enoturística. El río Duero, río ibérico que discurre desde Soria hasta Oporto, podría considerarse, a nivel internacional, el río vinícola por excelencia, si se tienen en cuenta los vinos de calidad que se producen en toda su cuenca.
Turismo y gastronomía sostenibles
Muchos turistas internacionales que viajan a España cruzan la frontera con Portugal para complementar su visita, asimismo ocurre que los turistas de Portugal, con frecuencia, se desplazan al territorio español.
Ahora que permanece abierta la frontera compartida es una buena ocasión para fomentar el turismo de interior en la Península Ibérica. Y, en concreto, el turismo rural, el agroturismo, el turismo de naturaleza. Será una forma más de luchar contra la despoblación y de favorecer la transición ecológica.
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Coordinar la oferta
España y Portugal, por tanto, comparten algo más que el territorio peninsular. Los dos países, con sus diferencias y particularidades, tienen en común unos valores sociales, una historia, un patrimonio natural y una amplia cultura gastronómica.
Es por ello que deben caminar juntos y coordinarse para potenciar el destino ibérico en los sectores del turismo y de la gastronomía, una cooperación que podría extenderse también a los ámbitos económico, social y laboral.
En los próximos meses se pondrán en marcha iniciativas, por el momento de manera digital, para promocionar el destino ibérico, con el impulso de las Administraciones Turísticas de los dos países y con la colaboración de las dos Academias de Gastronomía, la de Portugal y la de España.
Ese impulso se integrará en un proyecto más amplio encaminado a ofrecer, por supuesto a los portugueses y a los españoles pero también a los turistas, un espacio común de vida más natural y más saludable. Sin olvidar la importancia que tienen hoy la solidaridad y la sostenibilidad. España y Portugal deben ser un nuevo modelo, una nueva normalidad que marque las tendencias que definirán la gastronomía y el turismo en el siglo XXI.
Fuente: Gastrocultura