Normal, es el nuevo proyecto en el que han estado trabajando los hermanos Roca, -Joan, Josep y Jordi- durante estos últimos meses de pandemia. Será "Un restaurante normal, en un rincón normal de una ciudad normal", han comunicado en una publicación en sus redes sociales.
El 13 de marzo, unos días antes de que se oficializase el estado de alarma, cerraron su restaurante El Celler de Can Roca (tres estrellas Michelin) y aprovecharon para realizar obras tanto en la cocina como en la sala. Más tarde, decidieron transformar Mas Marroch, su espacio de banquetes, en un restaurante con platos emblemáticos de su trayectoria, que se sumaba al recién estrenado Casa Cacao, hotel boutique y fábrica de chocolates artesanos con espacio para degustación. Ahora, además de Rocambolesc se suma a la familia este establecimiento ubicado en el centro histórico de Girona.
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Normal, lo que necesitas saber
La selección del nombre "Normal" está estrechamente vinculada con el contexto actual en el que se incrementan los deseos de normalidad, sobre todo para los profesionales del sector gastronómico que se han visto fuertemente golpeados por la crisis sanitaria generada por la COVD-19. "Es lo más normal del mundo, ¿no?". Queremos reivindicar la normalidad como lo hizo la corriente francesa de la música e incluso la escuela normal que ya existe en Francia, entender que una cosa normal puede ser, incluso extraordinaria", señala la familia.
Sobre la selección de la locación de Normal comenta Josep Roca "Hace tiempo que buscábamos una ubicación para instalarnos en el Barri Vell. Somos de Girona y queríamos llevar al centro una parte de nuestro trabajo. Será un restaurante para la gente de Girona y para quien quiera disfrutar de una propuesta de cocina más accesible que la del Celler. Es un lugar precioso del Barri Vell, en una esquina de la Plaça de l’Oli -donde antes estaba el Llevataps- y que es muy bonita".
Asimismo agrega "la oportunidad vino a nosotros, como cuando nuestro padre pasaba un día por delante del bar donde actualmente está Can Roca y pensó que sería bueno montar un restaurante. Supongo que debemos llevar esta actitud atrevida en la sangre, siempre hemos tenido más corazón que cabeza. La proximidad con el Hotel Casa Cacao y con el bistrot de vinos Plaça del Vi 7 (con Roger Viusà y Carles Orta) también ha jugado a favor para completar la oferta gastronómica que queremos ofrecer a Girona".
Propuesta gastronómica
En relación a la propuesta gastronómica adelantan que "los precios oscilarán entre 50 y 70 euros per persona, y la propuesta gastronómica que estamos dibujando con el equipo de El Celler quiere ser una cocina más artesana que de orfebrería, espontánea, de mercado, suculenta, sabrosa, de temporada…"
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Normal, cuyo aforo se prevé que sea de 45 personas, tendrá como máxima responsable a Eli Noya, una de las jefas de cocina de El Celler. Con un carta de vinos que priorice la relación precio-placer-conciencia ecológica, al frente de la sala estará Joaquim Cufré, camarero y barista de El Celler desde hace años que ahora asumirá nuevas responsabilidades.
Josep Roca, que por el momento ha pospuesto su antiguo proyecto de abrir el bar de tapas y vinos Boca Seca, explica que según el diseñador Andreu Carulla, con quien colaboran habitualmente, y que está haciendo la reforma del nuevo local, "lo normal puede resultar extraordinario". Para el sumiller de El Celler la idea es "hacer un restaurante que combine las raíces de la cocina que hemos mamado en casa con un guiño a la cocina académica que aprendimos en la Escola d'Hosteleria de Girona y que nos acerca a Francia y a la vez a los tiempos que nos toca vivir ahora".
En relación al local explican que está en buenas condiciones y que no habrá que realizar grandes obras. "Se hará un proyecto de interiorismo a cargo de nuestro colaborador, el diseñador industrial Andreu Carulla. Estamos haciendo pocos cambios, ninguno estructural. El local tiene muy buenas prestaciones, una cocina bien equipada y solo lo justo para hacerlo más nuestro. Algunos detalles dentro y arreglar la estructura externa. Lo que sí que mantendremos son los trabajadores del antiguo restaurante".
Aunque no hay fecha definitiva, la idea es abrir en dos o tres meses o "tan pronto como podamos y nos permitan los protocolos y medidas de la pandemia. Sería fantástico que fuera en primavera", destacan.
Con todas estas novedades entre manos, la familia confiesa, "tenemos ganas de ver la luz al final de la restricción, y somos atrevidos, valientes, inocentes, al igual que cuando decidimos abrir un gastronómico en un barrio obrero de las afueras de Girona, que es hoy El Celler de Can Roca. La experiencia nos ha enseñado que soñar es posible, y queremos con la misma actitud que entonces, dar vida al optimismo. Es el momento de dejar fluir proyectos. En las crisis siempre hay que buscar las oportunidades".
Fuente: ABC, 7 Caníbales, La Vanguardia, El Celler de Can Roca