Ruta del Tequila, Patrimonio Mundial de la UNESCO

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Antonio Montecinos
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El maridaje de la cultura con la gastronomía es muy atractivo para el viajero, pues alimenta su intelecto, estómago y espíritu. El turismo gastronómico ha evolucionado mucho en los últimos años, ha diversificado sus mercados, tipologías, subtipologías y tribus digitales, así como sus motivaciones de desplazamiento, en las cuales el patrimonio cultural gastronómico ha cobrado gran relevancia, ya que busca experimentar la cultura del destino a través de su gastronomía, deseando experiencias interactivas, inmersivas y educativas por lo que el aprendizaje de la cultura, cosmovisión, usos y costumbres ancestrales locales son sus prioridades, así como las actividades basadas en experiencias creativas, viajes espirituales y senderismo con paisajismo rural en sus recorridos. También, desean actividades auténticas relacionadas con la gastronomía típica en entornos rurales con el atributo de naturaleza, generando desplazamientos de visitantes que buscan, por ejemplo, el agroturismo.

El desarrollo de rutas culturales gastronómicas y turísticas con base en un itinerario cultural del viaje, merece un trabajo profundo transversal e intersectorial por la gran aportación que pueden traer al desarrollo local sostenible en una región. Algunos de los expedientes reconocidos como Patrimonio Mundial Cultural por la Unesco, son base para algunos países que han incorporado su cultura gastronómica como parte fundamental de la oferta turística y gastronómica de un territorio o región destino como el caso de la emblemática Ruta del Tequila en Jalisco, México, que tiene sus orígenes en el año 2006 cuando se da el registro en la lista del Patrimonio Mundial Cultural Unesco, del expediente denominado Paisaje de agaves y antiguas instalaciones industriales de Tequila, en el que se describe que "situado entre las estribaciones del volcán de Tequila y el profundo valle del Río Grande, este sitio se extiende por una superficie de 34,658 hectáreas y forma parte de un vasto paisaje de cultivos de agave azul, una planta que se viene usando desde el siglo xvi para elaborar el tequila y desde hace 2000 años por lo menos, para producir bebidas fermentadas y confeccionar ropa gracias a sus fibras textiles. Dentro de esta zona paisajística están en actividad las destilerías de tequila, que son un exponente del aumento del consumo internacional de esta bebida alcohólica a lo largo de los siglos xix y xx, por lo que se considera al cultivo del agave como un elemento intrínseco de la identidad nacional mexicana y un atractivo ancla entre otros de la región".

Ruta del Tequila

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La ruta del tequila tiene su origen en el pueblo de Tequila, con el mismo nombre de la bebida mexicana más reconocida en el mundo, elaborada con la destilación del agave tequilana F.A.C. Weber (nombres y apellidos del científico Frédéric Albert Constantin Weber, que lo publicó en la International Plan Names Index (IPNI) de variedad azul, que cuenta con Denominación de Origen (DO) para su protección. Sin embargo, vale la pena mencionar que históricamente la planta de agave era llamada mezcal y con la llegada de los españoles a México se le cambió a vino-mezcal, por lo que de acuerdo a la cosmovisión, usos y costumbres de algunos mexicanos, que llaman mezcal a la mayoría de los destilados de agave, el tequila es un mezcal, el cual también cuenta ya con DO. El agave, además, es el producto base para la elaboración de una gran gama de platillos bandera y otros derivados en la región. Es así como este valioso reconocimiento es solo parte de una serie de acciones y metodologías que han de implementarse para su futura sostenibilidad, ya que este paisaje ha tenido varios problemas, uno de ellos ha sido la escasez del agave por la alta demanda lo que ha afectado gravemente al sector, a la calidad del producto y a sus pobladores.

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Plantas de agave.
 

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Con la finalidad de contribuir al aumento de la competitividad de las nano, micro y pequeñas empresas (MiPymes) que están en la zona, se desarrolla después del reconocimiento Unesco, la Ruta del Tequila, que ha creado desde abril de 2006 una red de negocios para el impulso del turismo gastronómico cultural y rural que con una visión común, desarrollen y comercialicen productos y servicios turísticos acordes a las demandas del mercado, avalados por el Distintivo TT (Tequila-Turístico) creado en la región, el cual se otorga a las empresas que cumplan con la Guía de las buenas prácticas de la Ruta del Tequila, que incorpora una amplia variedad de criterios indispensables para construir un destino turístico y gastronómico sostenible y con calidad en el recorrido por los municipios de Amatitán, Arenal, Tequila, Teuchitlán y Magdalena, integrantes la zona productora de la bebida tradicional mexicana en Jalisco.

El pueblo de Tequila se incorporó al proyecto Destinos Inteligentes en el año 2016, con las siguientes iniciativas destacadas:

  • El destino cuenta con una sólida e incluyente estructura de gestión públicoprivada, materializada en el Consejo de Desarrollo Integral de Tequila (CODIT), que permite coordinar y dar continuidad a los planes de desarrollo del destino.
  • Existe un fuerte compromiso e implicación clave de la inversión privada en proyectos relacionados con el turismo de Tequila.
  • Uno de los ámbitos en que más avances han realizado es en la incorporación de sistemas innovadores para la gestión de datos y el desarrollo de un Plan Director de Destino Turístico Inteligente.
  • Adicionalmente, el sector privado está impulsando la diversificación de la demanda y la oferta a través del desarrollo y estructuración de un producto innovador, diferenciado y de calidad.
  • Desde la iniciativa pública y privada se incentiva la creación y fortalecimiento del tejido empresarial de Tequila mediante el fomento del emprendimiento local.
  • Tequila basa su atractivo en sus principales recursos turísticos, cuyo desarrollo acompaña de políticas de conservación y mejora del patrimonio cultural y natural.

Este concepto ha tenido buenos resultados de crecimiento turístico, pues en el año 2018 pasó de tener 130 mil visitantes en sus inicios hasta alcanzar un millón anualmente, y el gasto promedio actualmente ronda los $700 pesos diarios ($35.00 dólares americanos aproximadamente) por visitante. Cabe resaltar que este éxito no se ha visto reflejado aún en el desarrollo social regional sostenible de las comunidades receptoras, a pesar de que el visitante, por la diversificación de sus motivaciones y con el objetivo de involucrarse de una manera más profunda y responsable en la biodiversidad del territorio sea este urbano o rural (entornos naturales) y en la cultura local, desea tours, itinerarios y principalmente rutas culturales gastronómicas y turísticas, que pongan en valor el patrimonio gastronómico y cultural, pero que además cuente con las condiciones adecuadas y seguras para llevar a cabo la práctica de actividades con visitas a negocios, establecimientos, sitios..., que pertenezcan, sean gestionados y comercializados directamente por las comunidades receptoras para evitar intermediarismo y recorrerlas de manera autónoma o con agencias de viajes y guías locales para coadyuvar al desarrollo social endógeno preferentemente y bienestar de la región, lo cual repercutiría en mayores flujos de turismo responsable e inteligente y beneficios para los grupos sociales más vulnerables.

Fuente: Revista Excelencias Gourmet No. 80

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Antonio Montecinos