Desde que se inicia la Cocina de la Libertad y se produce el big bang de la gastronomía, en los últimos años, es difícil tener ideas o planteamientos originales.
Algunos chefs y restaurantes creen que siguen la estela de Ferrán Adrià y que, para dar bien de comer, basta con que haya muchos platos y muchos ingredientes en cada plato.
Probablemente, lo que se está recuperando ahora es el respeto a la materia prima y a la tradición, la sensación de que no hay que asombrar a los clientes, sino que lo importante es darles bien de comer con una cierta modernidad.
NOA, un modelo gastronómico diferente
Por eso, creo que la idea que ha tenido la familia Esposito con su nuevo restaurante NOA, en Nápoles, resulta realmente interesante. En este caso, no se trata de tomar muchos platos de un menú que se eterniza en cantidades y en tiempo, sino de tener la posibilidad de elegir cinco platos, uno de cada continente, con especial dedicación a la cocina iberoamericana.
Para ello, es necesario disponer de una cocina perfectamente instalada y de unos proveedores que suministran al restaurante la materia prima necesaria para elaborar esos platos.
Es una iniciativa de un grupo de emprendedores napolitanos en el sector de la restauración, capitaneados por Stefano Vitucci, que ha llevado a cabo un profundo trabajo de investigación basándose en la experiencia nacional e internacional del chef ucraciano Alex Pochynoc.
El diseño del restaurante es de la arquitecta Francesca Faraone, quien ha tratado de crear un "salotto nel salotto di napoli", un espacio acogedor ambientado con decoraciones vegetales y de naturaleza.
La cocina de los 5 Continentes
Situado en una terraza en el centro de Nápoles (con unas vistas increíbles, muy luminoso), el comensal puede comenzar por pedir un cóctel de alguno de los cinco continentes o, por lo menos, de los que tienen cócteles, de la mano del barman, Luca Spano. Hay una amplísima selección, incluyendo un margarita "a la italiana", el Noa Punch y todos los clásicos. También, por supuesto, sin alcohol.
Uno de los primeros atractivos del restaurante es la Recepción, donde una persona que habla varios idiomas aconseja a los visitantes, a través de una primera conversación, sobre el tipo de comida que van a tomar. Se llama Vicentina, pero la llaman Nina.
Entre los platos, que abarcan los 5 continentes, se encuentran el langostino caramelizado con salsa al whisky y algas wakame; tagliatelle de calamares, crema de calabacín, almejas y pesto de alga nori; una mini hamburguesa de carne de kobe con cheddar, bacon, tomate y lechuga; y toda clase de sushi con nombres tan sugestivos como Ipanema o Atlántico. De postre, helado de caramelo salado y cacahuete.
Bodega internacional
El restaurante está al lado de una bodega, lo que le permite disponer de una carta de vinos, también, de varios países. Como es natural, sobre todo vinos italianos, pero sin renunciar a los mejores champagnes de Francia.
La lista de vinos es fruto de un meticuloso trabajo de búsqueda y selección llevado a cabo por un staff con experiencia en el sector de la enología mundial, bajo la dirección de la sommelier Flora Manzo. Vinos que son seleccionados para armonizar con la cocina fusión de los cinco continentes de NOA.
