Los cócteles se pusieron de moda en Estados Unidos a finales del siglo XIX. A partir de ahí, empezaron a popularizarse en Europa y en el resto del mundo. Quizá porque era habitual invitar a la gente a tomar algo en casa para luego ir a un restaurante. Durante el siglo XX, la coctelería se convirtió en un signo de distinción y de glamur, muy presente en los hoteles y locales de moda.
Y, desde hace algunos años, el mundo de la coctelería ha resurgido con fuerza pero, ahora, el protagonismo lo tienen, sin duda, los cócteles de Iberoamérica.
Clásicos de Iberoamérica
En la actualidad se siguen consumiendo algunos clásicos como el Dry Martini, el Bloody Mary, el Negroni o el Gin Tonic. Pero, realmente, los cócteles de moda se elaboran con espirituosos de Iberoamérica, alcoholes como el mezcal, el tequila, el ron, el pisco o la cachaza.
Y así surgen los cócteles del Caribe, entre ellos, el Daiquirí, el Mojito o la Piña Colada, que se elaboran con ron blanco. En México destaca, sin lugar a dudas, el Margarita, elaborado con tequila. En Brasil la Caipiriña, que lleva cachaza. Y entre los más populares de Perú, el Pisco Sour, con pisco.
La nueva coctelería creativa
Al igual que ya ocurrió con la Cocina de la Libertad, el mundo de la coctelería está atravesando una nueva etapa de experimentación y de innovación. De la mano de bartenders de fama mundial, aparecen nuevas tendencias y creaciones que juegan con los ingredientes, las técnicas culinarias y la combinación de diferentes texturas, añadiendo el componente visual a través de soportes y presentaciones creativas.
Es la coctelería de autor, que parte del conocimiento de las recetas clásicas y va más allá, dando libertad a los profesionales para elaborar sus propias creaciones. Como en la alta cocina, es importante la receta, pero también la experiencia global del cliente.
Diego Cabrera, entre los mejores del mundo
En este sentido, quiero destacar la extraordinaria aportación de uno de los mejores bartenders del mundo, Diego Cabrera. Argentino de nacimiento y asentado en Madrid desde hace más de 20 años, dirige algunos de los locales más destacados de la capital como Salmón Gurú o Viva Madrid.
Entre sus creaciones se encuentra el cóctel Madrid, elaborado con ginebra, zumo de limón, miel y vino tinto macerado con frutas.
Con motivo de "Buenos Aires, Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica", preparó un cóctel muy original para Argentina, el cóctel Mate, a base de ginebra holandesa macerada con whisky, yerba mate y otras especias.
La última creación de Diego es el cóctel Campero, fruto de una colaboración con Jesús José Matallanos y sus Huevos Camperos JJ. El cóctel lleva huevos camperos, bourbon, palo cortado, licor de chile, Campari y sirope de azúcar.
Ahora está preparando un cóctel para Ecuador, donde el protagonismo lo tendrán el cacao y el aguardiente.
Armonías con la comida
Y como digo siempre, es fundamental encontrar la armonía entre la parte sólida y la parte líquida de la comida. En este sentido, una tarea pendiente de las Academias de Gastronomía de cada país iberoamericano es buscar la armonía entre los cócteles y la parte sólida de la comida, las tapas, los platos principales, los aperitivos o los postres.
En un próximo artículo hablaré de este tema y plantearé algunas sugerencias sobre lo que a mí me gusta más con cada uno de esos cócteles de Iberoamérica.