Desde hace un tiempo, y gracias al especial impulso de España y de Iberoamérica, se ha puesto de relieve la importancia de que la gastronomía sea cada vez más saludable.
La Comisión Europea ha planteado, en los últimos años, la necesidad de reducir las enfermedades y trastornos relacionados con una mala alimentación (obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares…). Para ello se propuso, entre otros objetivos, mejorar la información nutricional que aparece en la parte frontal del etiquetado de los alimentos, con el fin de ayudar al consumidor a elegir una dieta más saludable y equilibrada.
En ese sentido, ya se han puesto en marcha algunas calificaciones y repertorios de alimentos y bebidas que atienden, no a la calidad gastronómica, sino a su composición nutricional y al aspecto saludable.
Sistemas de calificación nutricional
En 2017, Francia lanzó el modelo Nutri-Score, que trata de calificar los alimentos en función de sus beneficios para la salud. Se presenta gráficamente a modo de un “semáforo”, donde la A y el color verde serían la opción más saludable, mientras que la E y el color rojo son la menos recomendable.
Este sistema no ha estado exento de polémica. Entre otras cosas, por calificar de una manera negativa algunos alimentos de la Dieta Mediterránea, como el aceite de oliva o el jamón ibérico, mientras que otros productos, como los procesados o las bebidas azucaradas, dan calificaciones más positivas.
Como alternativa al Nutri-Score, en 2020 Italia presentó ante la Comisión Europea su propio sistema de etiquetado nutricional: el NutrInform Battery.
NutrInform Battery
Se trata de un sistema de etiquetado frontal de los alimentos que indica al consumidor la aportación nutricional por cada porción de alimento, en función de las necesidades diarias recomendadas por la Unión Europea. Concretamente, indica el contenido energético, las grasas totales, grasas saturadas, azúcar y sal. Esta información está representada gráficamente con el símbolo de una batería (de ahí el nombre).
Además del etiquetado, este sistema se acompañará de una app móvil que permitirá escanear el código de barras de los productos, para tener una idea aproximada de las cantidades nutricionales que se consumen cada día.
Como es natural, habrá que ver cómo evoluciona este proyecto y si la información que aporta resulta útil y fiable.
La Dieta Mediterránea
Con estos y otros sistemas de etiquetado, se ha abierto un debate sobre la dificultad a la hora de calificar los alimentos como “buenos” o “malos” para la salud. Quizá por ello, la Comisión Europea está preparando otro modelo distinto.
Lo que está claro es que para que una dieta sea saludable, debe ser variada y equilibrada, incluyendo alimentos de todos los grupos en cantidades moderadas.
España, con el apoyo de otros países del Mediterráneo, promovió hace años la declaración por la Unesco de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Prácticamente por unanimidad, se tomó el acuerdo de considerar esta dieta como una de las más saludables y recomendables del mundo.
Educación nutricional
Al final, es fundamental educar y concienciar a la población sobre la importancia de elegir los alimentos, en las proporciones adecuadas, que permitan llevar una dieta saludable. Algo que debe hacerse desde edades muy tempranas.
Por tanto, el etiquetado de los alimentos debe ser un complemento que, en ningún caso, puede sustituir a la educación nutricional.
