Las cervezas sin filtrar son una variedad de bebida que cada vez gana más adeptos. Se les conoce igual como "cervezas vivas", porque no han sido pasteurizadas y vienen de la fábrica sin haber sufrido ningún tipo de tratamiento que haya podido incidir en el sabor y el olor.
Sin ganas de tomar partido por un tipo de cerveza o el otro, ya que en las dos variantes hay opciones exquisitas para disfrutar, hoy compartimos algunos datos sobre la cerveza sin filtrar y todo lo que debes saber sobre ella.
Características
La cerveza sin filtrar tiene como ingredientes fundamentales los mismos que su hermana filtrada: levadura; grano malteado; agua; aditivos de sabor... Su característica fundamental es que no se somete a pasteurización ni a triple filtración.
Su vida útil es menor que la de las cervezas procesadas, señalan que puede durar hasta dos semanas. En ella, se encuentra la presencia de sedimento de levadura y un mayor contenido calórico, de aminoácidos y vitaminas.
Está expuesta a los efectos negativos de la luz solar, por eso se vende en botellas oscuras. Respecto a la consistencia y el sabor, es en ello en lo que se centran los debates a la hora de comparar ambas cervezas. Esta, por no filtrarse, queda turbia y su sabor está más saturado, la otra es más ligera.
¿Filtrada o sin filtrar?
La decisión cae en los gustos de cada cual. O prefieres una caña brillante y cristalina, o la pinta opaca y turbia, lo mismo con los sabores. The HuffPost cita a varios especialistas: "La cerveza filtrada tiene un carácter más refrescante y ligero en boca, mientras que la cerveza sin filtrar tiene a menudo más cuerpo y más matices de sabor y aroma. A nivel comercial, la cerveza filtrada es mucho más rentable, ya que aumenta su vida útil en el mercado y por lo tanto se reducen las pérdidas derivadas de caducidad pudiendo permanecer mucho más tiempo en cualquier almacén o lineal de supermercado que reúna las condiciones mínimas. En definitiva, la cerveza sin filtrar es un producto fresco como lo es la barra de pan de pueblo, y la cerveza comercial es el producto no perecedero como puede ser el pan de molde", explicó Pablo Díaz, cervecero de Cerveza 90 Varas.
Por su parte, Daniel García, gerente y jefe de producción de Cervezas Trinitaria, indica que "si tenemos una levadura propia, interesa filtrar la cerveza para retirarla y proteger el patrimonio de la empresa. La cerveza filtrada, al estar relativamente estabilizada, aguanta mejor las inclemencias del transporte, lo cual es asunto importante si pensamos distribuir fuera de nuestro entorno local. Cuando no filtramos la cerveza y la levadura está presente, ayuda a eliminar una pequeña parte del oxígeno que la cerveza puede haber absorbido durante el proceso de envasado. El problema es que la levadura es un ser vivo y los seres vivos mueren. Por lo tanto, si la cerveza no se ha conservado correctamente, los sabores y aromas procedentes de la autolisis y la degradación de las proteínas se harán evidentes".
Beneficios y daños por su consumo
Al no estar filtrada, mantiene muchas sustancias útiles, por ejemplo, un litro contiene el 40% del requerimiento diario de vitaminas para una persona. Además, los restos de levadura de cerveza, que están presentes en la bebida espumosa, son una fuente de aminoácidos vitales, cuya falta en el cuerpo humano conduce a una ralentización de los procesos metabólicos, como sería la obstrucción de los vasos sanguíneos con depósitos de colesterol y la formación de cálculos renales. Por su consistencia densa, la cerveza sin procesar, por así decirlo, envuelve las paredes del estómago, lo que tiene un efecto beneficioso sobre la condición humana con gastritis y úlceras.
Su impacto negativo en el cuerpo humano, se debe a la presencia del alcohol, por lo que se recomienda no abusar de su consumo, al igual que el de otras bebidas alcohólicas. Con el abuso, la actividad cerebral disminuye, las habilidades motoras se alteran y el hígado queda expuesto a efectos destructivos.
Fuente: Directo Al Paladar, The HuffPost.