La Tomatina, la batalla de tomates más internacional, se celebrará en la localidad valenciana de Buñol este 31 de agosto, como es tradición cada año en el último miércoles del mes.
Esta nueva edición recupera la Noche de la Empalmá para celebrar la reactivación de la fiesta, con música en directo y diferentes actividades desde la 1:00 del 31 de agosto y que continuarán toda la noche, la mañana y tras la batalla de tomates.
A partir de las 5:00, DJs, música ambiente y diferentes actividades hasta el pistoletazo de salida de la guerra de tomates con el pregón del cómico valenciano Raúl Antón, a las 11:40 horas, en la Plaza del Ayuntamiento, y el arranque del acto central, La Tomatina, a las 12:00, que transcurrirá por el recorrido habitual y acabando a las 13:00 con la traca final, aunque el programa de festejos continuará tras la finalización de la batalla.
Se mantendrá el tradicional Palo Jabón a las 11:00, un juego parecido a la cucaña, en el que los participantes tienen que trepar por un palo enjabonado para hacerse con el jamón que lo corona y, tras el parón de los dos últimos años, se recupera también La Tomatina Infantil, que se celebrará el sábado 27 de agosto a las 12:00. Está abierta a la participación de niñas y niños de entre 4 y 13 años.
“La edición de 2022 se ha incrementado la presencia de participantes locales y nacionales, que ‘batallarán’ con turistas llegados desde todos los puntos del mundo”, explican desde el Ayunatamiento de Buñol.
Para acceder a La Tomatina se debe adquirir una entrada, que está a la venta a un precio de 12 euros a través de touroperadores, agencias de viaje y en la propia web del evento. El aforo está limitado a 20 000 personas.
Historia y tradición de La Tomatina
Esta fiesta se inició el último miércoles de agosto del año 1945. Todo comenzó cuando un grupo de jóvenes que se encontraban en la plaza del Pueblo para presenciar el desfile de gigantes y cabezudos y otros actos de la fiesta, aburridos sobre cómo estaba transcurriendo la cabalgata, decidieron hacerse un hueco dentro de la comitiva del desfile.
El ímpetu de los jóvenes hizo que cayera un participante que, preso de la ira, empezó a golpear todo lo que encontraba a su paso. Por un capricho del destino, allí había un puesto de verduras que fue pasto de la multitud eufórica. La gente, allí concretada se contagió y empezó a tirarse tomates hasta que las fuerzas del orden público pusieron fin a aquella batalla vegetal.
Al año siguiente, los jóvenes repitieron el altercado de forma voluntaria y llevaron los tomates de su casa y así sucesivamente a lo largo de los años. Aunque la Policía disolvió la batalla en cada una de esas ocasión en que se reprodujo esta reciente tradición, los jóvenes de Buñol no desistieron; y así sin saberlo, habían hecho historia.
La Tomatina fue prohibida a principios de los años 50, pero esto no disuadió en ningún caso a sus participantes, que llegaron a ser, incluso detenidos. De hecho en 1957 la fiesta fue cancelada y este hecho motivó la celebración del “entierro del tomate”, una manifestación en la que los vecinos portaban un ataúd con un tomate dentro. El desfile se acompañó con una banda de música que interpretaba marchas fúnebres y su éxito fue total. La presión popular hizo que el veto desapareciera y que volviera a permitirse una celebración que fue creciendo en participación.
La fiesta comenzó a ser popular en el resto de España gracias al reportaje que realizó el periodista Javier Basilio, y que se emitió en el programa de Televisión Española «Informe semanal» en 1983. Desde entonces, año a año crece el número de participantes y el entusiasmo por La Tomatina.
La afluencia de participantes procedentes de todas las latitudes y el interés cada vez más creciente de los medios de comunicación internacionales, propició que La Tomatina de Buñol fuera declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional por la Secretaría General de Turismo.
Fuente: Diario de Gastronomía, La Tomatina.