Sharina Valladares Arnaiz, ganadora de la competencia de coctelería analcohólica en el festival Evolución de la coctelería en el Siglo XXI, durante su presentación.
La única fémina y la más pequeña de los competidores, con solo 10 años, fue la ganadora de la competencia de coctelería analcohólica, en el festival Evolución de la coctelería en el Siglo XXI: Sharina Valladares Arnaiz impactó a los presentes desde su entrada por su seguridad, elegancia, prestancia y prematura profesionalidad.
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En una excelente demostración de poco más de tres minutos, ella presentó un coctel sin alcohol, que pudiera ser aperitivo, en base shrub de guayaba, jugo de piña, jarabe de menta limón y canela.
Uno de los premios por el lauro, además de haber sido invitada al próximo seminario gastronómico que organice el Grupo Excelencias, consistió en una entrevista para la revista Excelencias Gourmet.
A la pregunta inicial obvia, el porqué de su vocación y dedicación a la coctelería, responde enfáticamente “amo la coctelería porque, desde muy pequeña, yo veía a mi papá cuando iba a competir o a ser jurado; lo veía preparando tragos, y me gustaría seguir sus pasos y ser tan bueno en la coctelería como él”.
“A veces estoy en mi casa ayudando a mi mamá [Yuzaima Arnaiz, dedicada al giro del comercio], y me encuentro una coctelera y empiezo a batir…”
Su mejor amiga, a quien ella “le cuenta todo”, y sus compañeros más cercanos y amigos, sí conocen de esa pasión innata de Sharina por la coctelería y también “saben que quiero seguir los pasos de mi papá”, intención que reiteró varias veces durante la conversación.
“Cuando dijeron que había sido la ganadora, no lo podía creer; cuando llegué sí estaba bastante nerviosa y un poco temerosa por si algo no me salía bien, o se me olvidaba algo por los nervios”, pero vale la pena destacar que el público presente no percibió en ella ningún titubeo, sino, por el contrario, un absoluto dominio de sí misma y de su actuación.
“Me gusta mucho mezclar los sabores”, y ejemplifica en contrastes como el ácido con el dulce. “Me gustan las combinaciones de sabores que he probado”, y cuenta que, en su casa, su mamá prepara jugos, y aclara “analcohólicos, por supuesto”, y a ella le gustan esas mezclas.
Asegura que estudió mucho y le dedicó muchas horas a su preparación previa. Después de haber ganado “estoy muy emocionada y súper feliz”.
Esta es la primera competencia para Sharina y “encantada de ir a otra, me gustará mucho para tener más experiencia para el futuro; ahora que estoy chiquitica puedo ganar más experiencia para el futuro, para saber bastante”.
Sharina cursa el quinto grado en la escuela primaria “José Gervacio Artigas Pascual” de Cojímar, un poblado marinero de La Habana del Este, donde su padre, Juan Carlos Valladares, destacado barman, posee un proyecto propio, el bar restaurante El Portal de Cojímar.
Con sano orgullo, sus padres agregan que ella es Jefa de Estudios del Colectivo de su escuela, tiene muy buen rendimiento académico y está en fase de perfeccionamiento del idioma inglés.
A Sharina le encantan los animales, por lo que le gustaría estudiar veterinaria o biología para mantenerse cerca de ellos, pero no quiere apartarse de la coctelería.
Convocado por la Asociación de Cantineros de Cuba, con el apoyo del Grupo Excelencias, el Festival Evolución de la coctelería en el Siglo XXI –en el contexto de la fase preparatoria para el 69 Campeonato Mundial de Coctelería IBA 2022, que tendrá lugar del 4 al 9 de noviembre en Varadero— acogió en su sesión final esta competencia de coctelería analcohólica donde jóvenes estudiantes mostraron su talento.
