En 1911, el rey Alfonso XIII inauguró una tienda llamada Pescaderías Coruñesas, algo que quizá pueda sorprender a más de uno. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que fue un absoluto acierto. Aquella singular pescadería se ha convertido, en la actualidad, en uno de los escenarios gastronómicos más interesantes de Madrid.
Pese a haber pasado más de un siglo desde que se fundara, Pescaderías Coruñesas continúa representando lo que su dueño, Evaristo García, expresó en su día: que Madrid destaca como “el mejor puerto de mar en la capital de España”.
Evaristo García
Habiendo empezado trabajando como repartidor de pescado para los mejores restaurantes de Madrid, con el paso de los años Evaristo García se acabó convirtiendo en el dueño de Pescaderías Coruñesas.
En ese momento, decidió que, además de distribuir a los grandes restaurantes, crearía sus propios establecimientos para que la gente pudiera disfrutar de los mejores pescados y mariscos de nuestro país, que llegaban a Madrid desde todas las costas de España, especialmente de Galicia, pero también de toda la zona del Mediterráneo y del Atlántico Sur, de Huelva y Cádiz.
Ese fue el origen del primero de sus restaurantes, El Pescador, en la calle Ortega y Gasset. Posteriormente, adquiere O’Pazo, un restaurante gallego que ya existía y que mejoró notoriamente hasta convertirse en un referente en la capital.
Y, años más tarde, inaugura en Madrid un nuevo escenario gastronómico, Filandón, un lugar situado en la Casa de Campo, ideal para familias y para celebrar festividades y eventos. Precisamente, en Filandón tuvo lugar la celebración del centenario de Pescaderías Coruñesas, en un acto que contó con la presencia del entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y donde se entregó a Evaristo García una placa conmemorativa del comercio tradicional en Madrid.
Con Evaristo, tuve la oportunidad de impulsar un libro fantástico titulado “Evaristo García. ¡Palabra de maragato! Pescadero y restaurador. Otra historia de Madrid”.
La familia García
Cuando fallece Evaristo, en 2020, Pescaderías Coruñesas pasa a manos de sus hijos. Desde entonces, los hermanos García Azpiroz se hacen cargo de todas las dimensiones del grupo, siendo tanto los responsables de la tienda de Pescaderías Coruñesas, como de los restaurantes.
En estos años, han reinventado por completo O’Pazo, convirtiéndolo en uno de los lugares más atractivos en la escena gastronómica de Madrid, y han rediseñado la oferta de Filandón.
Buscando continuar con el legado de su padre, los hijos de Evaristo decidieron dar un paso adelante adquiriendo, en 2021, uno de los restaurantes más tradicionales y antiguos de Madrid, Lhardy, inaugurado en 1839.
Con Lhardy, la familia García, con la dirección de Abel Valverde, han querido devolver a Madrid una parte de su historia y de su patrimonio gastronómico. Uno de sus mayores logros ha sido mantener intacta la decoración de la época, la cocina, la vajilla y el servicio.
Desde 1911, un modelo diferente
La trayectoria de Pescaderías Coruñesas es impecable pero, quizás, en estos momentos, la “joya de la corona” sea el más reciente Desde 1911. El nombre se debe al año en que se fundó Pescaderías Coruñesas.
Desde 1911 es un modelo de restauración completamente diferente. Cada día, a primera hora de la mañana, se seleccionan los mejores pescados y mariscos que llegan a Pescaderías Coruñesas desde todos los rincones de España. En función de la pesca del día, el equipo de cocina se reúne para decidir qué platos se ofrecerán en la carta, dando el máximo protagonismo a la materia prima, a la estacionalidad y a la creatividad.
Cada día, por tanto, la oferta gastronómica es diferente y única. Como plato principal, yo he probado desde lubina o rodaballo, hasta bocinegro, un pescado proveniente de Canarias que me encanta.
También existe la posibilidad, según la pesca del día, de elegir de tres a cinco entrantes que incluyen productos del mar de lo más variado, como gambas, cigalas, mejillones, almejas, berberechos o espardeñas.
Hay que decir que la bodega es magnífica, así como las instalaciones, con una terraza y un comedor muy cuidados, una cocina a la altura y, como la dirección le corresponde a Abel Valverde (en su día, director de Santceloni), una tabla de quesos extraordinaria.
El Grupo Pescaderías Coruñesas, con el impulso de una nueva generación de hosteleros y una tradición de 100 años de historia, se ha convertido en uno de los grandes atractivos de Madrid para los turistas y para todos los amantes de la buena mesa.