Juan Manuel Guimerans: “En Valladolid entendemos que la experiencia enogastronómica tiene que ser completa”

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Guillermo García de Benito
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Valladolid Turismo Juan Manuel Guimerans

El Gerente de Valladolid Turismo, Juan Manuel Guimerans, presente en la 21ª edición de Madrid Fusión junto a la sólida apuesta de la ciudad por el turismo enogastronómico, charla con Excelencias Gourmet sobre el papel de la gastronomía como motor del turismo y el enorme crecimiento de la oferta de turismo gastronómico y enológico en toda provincia.

Desde hace varios años la presencia de Valladolid es importante en Madrid Fusión. ¿Por qué apuesta el ente de turismo de Valladolid por venir al congreso gastronómico de la capital?

Para Valladolid, el producto enogastronómico es uno de los referentes de su oferta turística. Cuando preguntamos al turista por qué viene a la ciudad y a la provincia, una serie de elementos como la cultura y el patrimonio son importantes, pero la gastronomía y el vino suele ser uno de los principales motivos. Como es lógico, si estos elementos forman parte de tu propuesta turística, estar en el evento gastronómico y agroalimentario más importante de España, como es Madrid Fusión, es lo normal.

¿Cuáles son esos productos de turismo gastronómico y enológico de los que dispone Valladolid?

Intentamos tener una oferta que sea diversa. Sabemos que es difícil atraer al turista con un solo producto, por lo que intentamos ofrecer una experiencia completa. Que puedan conocer los productos agroalimentarios desde su producción en el propio territorio, y que este viaje termine en los diferentes establecimientos de hostelería de la ciudad, de manera que degusten las creaciones que elaboran los chefs en última instancia.

Es por ello que venimos a Madrid Fusión con un stand en el que se ofrecen permanentemente pinchos y tapas que han sido ganadoras de los concursos en Valladolid. Organizamos anualmente el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas, que ya va por su 19ª edición, y el Concurso Mundial de Tapas, que celebrará este año su séptima edición. En Valladolid entendemos que la experiencia enogastronómica tiene que ser completa.

¿Qué acogida tienen estos concursos de pinchos y tapas en Valladolid?

Se trata de una actividad que se ha convertido en una de las señas de identidad de Valladolid. Existen múltiples campeonatos de tapas y de distintas propuestas gastronómicas, pero la singularidad del Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid es triple.

Por un lado, es un concurso abierto, en el que no tienes que pertenecer a una asociación concreta ni tener unas características concretas. Simplemente, tienes que disponer de un restaurante o bar con barra, y querer competir por ser el mejor de España o, en el caso del Mundial, del mundo. En segundo lugar, se trata de un campeonato absolutamente profesional, ya que dispone de un jurado que cada año se complica más, con chefs estrella Michelin y personas de primerísimo nivel. Por último, es una experiencia para el propio concursante, porque la ciudad se convierte en una gran barra durante esos días.

Por ejemplo, hoy presentamos en Madrid Fusión las tapas ganadores de un concurso paralelo que organizamos, el Concurso de tapas de barrio. En muchas ocasiones, existe esa sensación de que una tapa de calidad solo se puede tomar en sitios singulares, en el centro de la ciudad… En Valladolid, este año han participado 400 bares y restaurantes en este Concurso de tapas de barrio. La singuralidad de este campeonato es, en definitiva, que la ciudad se convierte en un gran espacio donde vas a poder probar cientos de tapas.

“Entendemos que la tapa, el vino, la gastronomía…, no es únicamente una actividad básica para la vida o una actividad económica, sino que es también parte de lo que nos identifica como sociedad y como país”.

Al final, si se dispone de buen producto, como ocurre en Valladolid, es lógico que la ciudad apueste por la gastronomía como motor del turismo.

En el mundo de la gastronomía en España, hemos conseguido dar el primer salto, que era el de dejar de considerar la alimentación como una necesidad básica y entenderlo como parte de nuestro patrimonio. Y esto se lo debemos a los grandes chefs españoles que durante años han colocado a la gastronomía española en una herramienta de gran actividad económica y creadora de riqueza y de empleo. De marca de país, en definitiva.

Uno de los proyectos en los que estamos trabajando desde Valladolid es en la puesta encima de la mesa de la tapa como patrimonio cultural, e incluso llegar a la declaración de patrimonio de la humanidad. Nosotros entendemos que la tapa, el vino, la gastronomía…, no es únicamente una actividad básica para la vida o una actividad económica, sino que es también parte de lo que nos identifica como sociedad y como país. Y la actividad de comer, y eso es una gran ventaja de vivir en un país como el nuestro, es además una actividad social. Tenemos que poner eso en valor, porque cualquiera que viene de fuera a Valladolid sale sorprendido. Por el mundo, la gente está acostumbrada a comer, incluso a comer bien, pero no a la actividad social como la que promovemos en España.

¿Disponéis de cifras de cómo esa oferta enogastronómica impacta en la ciudad?

La realidad es que Valladolid, como destino turístico, es un destino relativamente reciente. La ciudad ha sido a lo largo de la historia capital de España, ciudad industrial, tiene una pujanza económica tremenda…, pero no era un destino turístico demasiado reconocible.

Teníamos el reto de conseguir serlo, y la inteligencia de quien estaba en su momento fue la de apostar por la gastronomía, los vinos, y la tapa. El dato es que Valladolid, en los últimos 20 años, ha tenido un incremento en visitantes y en pernoctaciones de más del 100%. Si bien es cierto que partíamos de más abajo, habrá pocos destinos que hayan vivido este incremento en tan poco tiempo. En mi opinión, es obvio que tanto la ciudad como la provincia ha mejorado su oferta patrimonial, más accesible y mejor conectada, pero el hecho diferencial es la apuesta por la gastronomía y el enoturismo.

 

 

 

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