Preguntar por recetas típicas de la Argentina te lleva a una lista donde es difícil optar por investigar sobre una sola, los nombres e ingredientes parecen atraparte. Sin embargo, hay un dulce pequeño, uno de los manjares más populares del país, que esta vez se lleva la atención: el alfajor.
En Argentina existen cuantiosas formas de prepararlos y rellenarlos, desde el típico dulce de leche para el relleno, hasta el mousse de limón, o distintas coberturas. Según datos de 2022, en el país se consumen 70 unidades de esta golosina por segundo.
Un poco de historia
Todo indica que estos manjares ya se consumían en Arabia hace unos 700 años, donde se les conocía como al-hasú, que significa “el relleno”. Luego llegó a España, y de ahí a América con la colonización del continente.
¿Qué sucede con el alfajor argentino? En el libro "Alfajor Argentino, Historia de un ícono", de Jorge D'Agostini, se descubre parte de su recorrido. El autor relata que más allá de los vendedores ambulantes, fueron los kioscos y las confiterías quienes comenzaron a comercializarlos oficialmente. De estas últimas, destaca el nombre de Casa Chammas, en Córdoba, y de Española, en Mendoza.
En el libro también se pueden conocer datos curiosos, como el hecho de la Constitución Nacional de 1853 fue redactada en Merengo, una fábrica de alfajores de Santa Fe, y que, tras el encuentro, los constituyentes ahí reunidos llevaron a sus provincias el alfajor de dulce de leche.
Cuando se busca dar respuesta a quién inventó el alfajor, en el país surgen distintas concepciones. Por un lado, están quienes sostienen que fue Augusto Chammás, un químico francés que llegó a la Argentina a mediados del siglo XIX y que era dueño de la confitería que mencionábamos antes, Casa Chammas, quien dio vida al alfajor argentino y le cambió el formato de cuadrado a redondo. Por otro lado, hay quienes consideran que el primero en masificarlo fue el santafesino Hermenegildo Zuviría, dueño de la fábrica Merengo.
Distintos sabores para degustar
Si bien el alfajor de dulce de leche es el más popular y se produce en todo el país, también se hallan de otros tipos, como los rellenos de mousse de chocolate, limón, merengue o membrillo.
Asimismo, los gustos locales y la creatividad fueron definiendo con el tiempo más variantes, tal es así que existen distintos tipos según sean de maicena o no y más artesanales o industrializados.
En casi todas las provincias se encuentran formas particulares de elaborarlos, ya que inciden las producciones tradicionales de cada lugar. Una muestra se observa en la región patagónica, donde es común degustar estos productos a base de frutos como arándanos, frutillas, frambuesas, cerezas, calafate y rosa mosqueta; o hacia el Norte, en Tucumán, donde se hacen con miel de caña.
Así como se producen con diferentes rellenos, las tapas de los alfajores también varían sus características, como la constitución y el espesor, lo que les aportan su propia identidad. Desde las que se hacen a base de una suerte de galletas de masa tostada bañadas en glasé de azúcar (los santafesinos) hasta las que se elaboran con masa mezclada con nuez (mendocinos) o mandioca (correntinos), entre muchas otras.
En el año 2022, se llevó a cabo el primer Campeonato Mundial del Alfajor, en la Ciudad de Buenos Aires, donde se escogió al mejor alfajor del mundo que resultó ser uno relleno de mousse de chocolate al licor, producto de la pequeña empresa marplatense "Milagros del Cielo".
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Alfajor de maicena, la receta
Ingredientes
- 150 gramos de fécula de maíz o maicena
- 100 gramos de harina 0000
- 80 gramos de azúcar
- 100 gramos de manteca
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 2 yemas de huevo
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- ½ limón (ralladura)
- 1 pizca de sal
- Relleno:
- Dulce de leche
- Coco rallado
Elaboración
Mezcla la manteca blanda con el azúcar, la ralladura de limón y la esencia de vainilla. En caso de no usar limón, podrías reemplazarlo por naranja, mandarina o pomelo.
Al disolverse los granos de azúcar, agrega las yemas de huevo a temperatura ambiente y bate, deberás lograr una consistencia cremosa y blanquecina. Cuida no cortar la manteca.
Agrega los ingredientes secos, es decir la harina, maicena, el polvo de hornear y la sal. Intégralos para formar la masa de los alfajores.
Dispón un cuarto de la cantidad de masa entre dos separadores y estírala del tamaño que desees tengan las tapitas por la parte superior. Así lograrás que no se pegue a la mesa ni al palo de amasar. Apóyala sobre una tabla o plato y resérvala junto con el resto de la masa en la heladera para que la manteca se enfríe y tome cuerpo.
Diez minutos después retira la masa y corta con ayuda de un cortante o vasito las tapas de los alfajores. Colócalas en una asadera con papel manteca, una plancha de silicona o cubierta con manteca y harina. Deberás repetir el procedimiento con el resto de la masa. Luego cocina las tapitas en un horno precalentado a 180ºC durante 10 minutos o hasta que la base esté ligeramente dorada.
Para cuando estén listas las tapitas, rellénalas con el dulce de leche. Puedes cubrir los bordes con coco rallado o cualquier otro agrego, según tus gustos.
Ya puedes disfrutar tus alfajores de maicena.