El turismo del vino y las bodegas, el llamado enoturismo, está teniendo un espectacular desarrollo en todos aquellos países que cuentan con espacios visitables para los turistas.
Visitar una bodega tiene muchas ventajas. La primera, tener conciencia de cómo se elabora ese manjar excepcional que es el vino. Además, las personas que visitan una bodega tienen la posibilidad de probar los vinos y comprarlos a precios, generalmente, más económicos, ya que se evitan los intermediarios. Y, más aún, tienen la posibilidad de conocer, en el entorno de la bodega, productos de proximidad, de cercanía que, por lo general, se llevan muy bien con los vinos que se generan en esa tierra.
Dentro de esa evolución que ha experimentado el enoturismo en todo el mundo, surgió la necesidad de agrupar a las bodegas de los diferentes países bajo una misma entidad. Así, nació la Asociación Española de Enoturismo (AEE), que fue ampliándose a diferentes países y que, en la actualidad, ha impulsado la creación de la Organización Mundial del Enoturismo (OMET), en la que tengo el privilegio de ostentar la presidencia de honor.
Logotipo de la Organización Mundial del Enoturismo (OMET).
El vino, la armonía por excelencia
El vino es, sin duda, la bebida que mejor armoniza con la comida. Naturalmente, no es la única. También hay muchas armonías ideales con la cerveza, el vermut, la sidra o, incluso, con los cócteles. Pero quizás el vino sea el producto estrella en lo que se refiere a la comida líquida.
Y no solo por sus características, sino por la enorme variedad de vinos que existen en el mercado. Desde tintos a blancos, rosados, espumosos o generosos. Y dentro de cada tipo, también hay una amplia gama de subcategorías y vinos con multitud de matices diferentes.
Presentación en FITUR del I Congreso Mundial de Enoturismo organizado por la OMET.
Organización Mundial del Enoturismo
Pues bien, la Organización Mundial del Enoturismo se ha convertido en una institución de referencia en el sector, bajo la dirección de su presidente y CEO, José Antonio Vidal. Una persona que no ha dejado de recorrer el mundo predicando las virtudes del enoturismo (su último viaje le ha llevado a China, donde ya empiezan a producirse vinos de calidad) y de sacar adelante proyectos como la organización del I Congreso Mundial de Enoturismo, que se celebrará en Punta del Este (Uruguay) el próximo año.
La presentación del congreso tuvo lugar en el marco de la Feria Internacional de Turismo (FITUR) en Madrid, de la mano de la OMET, del Ministerio de Turismo de Maldonado y con mi participación como presidente de la Academia Iberoamericana de Gastronomía. El Congreso tendrá como foco principal el enoturismo responsable y las prácticas sostenibles.
Presentación en la Embajada de Argentina en España de “Mendoza, Capital Iberoamericana de la Armonía Gastronómica. Protagonista el Vino”.
Evolución vitivinícola en Iberoamérica
Me gustaría poner de relieve cómo Iberoamérica ha tenido una importante evolución también en el ámbito del enoturismo. La mayoría de los países iberoamericanos dispone ya de vinos estimables, de bodegas abiertas a los visitantes o de rutas enoturísticas. Motivos por los cuales pueden considerarse destinos ideales para este tipo de turismo.
En ese sentido, destaca Argentina, que este año ostenta la “Capital Iberoamericana de la Armonía Gastronómica. Protagonista el Vino” en la ciudad de Mendoza. Pero también, entre otros países, Uruguay, Brasil, Chile, México, Portugal y, por supuesto, España.
