El agua, ¿una experiencia gastronómica?

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Patricia Donoso Larrea
Categoría
cata de agua

En la escuela desde muy pequeños nos enseñaron que el agua es: inodora, incolora e insabora es decir, no tiene olor, color o sabor. Sin embargo, estas tres características no siempre resultan tan evidentes y pueden no ser tan ciertas.

En la escuela de sommelerie, la cata de agua fue realmente un   descubrimiento, usamos una tarjeta para el análisis sensorial. Esta hoja tiene en cuenta el color, la claridad, el olor, la efervescencia, la persistencia y el sabor. Además de la efervescencia o ausencia de la misma, el agua se clasifica en versátil, sabrosa o equilibrada, en función de su combinación con la comida. Es poner a prueba los sentidos, así que podemos decir con toda seguridad que el agua tiene color, olor y sabor.

A la vista se trata de una tonalidad azulada o, en ocasiones, verdosa, que adopta al acoger la luz de los objetos que se encuentran a su alrededor, es decir, que capta las emisiones de luminosidad, de forma indirecta e incorpora un color particular según el entorno.  

La segunda característica define el agua como inodora porque no huele (característica común solo en aguas puras), aunque en realidad según el tipo de agua tiene aromas diferentes como el cloro, minerales etc.  

En cuanto a la ausencia de sabor, también es cuestionable, ya que los minerales o químicos para el tratamiento, le pueden conferir distintos aromas en función del tipo de mineral y la proporción de químicos que se encuentre en ella. Es por la lengua que es realmente sensible, que se puede percibir estos elementos.

El tipo de agua es tan importante que en productos como el whisky de Escocia que por sus características le convierte en un producto único, como el agua de Ecuador para la cerveza artesanal, como el agua pura de vertiente para un buen café o el uso de la misma en coctelería. Por lo tanto, el uso del agua correcta puede mejorar la experiencia culinaria

Pero al mismo tiempo, cada vez más protagonistas de la alta cocina están dedicando un menú, una carta especial al mundo del agua. De hecho, cada agua tiene su propio sabor y carácter particular. A diferencia del vino, donde los aromas que percibimos con la nariz, el agua se basa en el gusto.

Algunas recomendaciones para maridar:

  • Plato de sabor delicado y textura suave, agua sin efervescencia.
  • Plato graso y consistente, el agua mineral con gas, que además es capaz de «limpiar» eficazmente la boca de platos especialmente grasos, como ocurre cuando se combinan los vinos espumosos según este principio.
  • Platos picantes, combinar agua mineral, con un sabor menos marcado, que por tanto resalta el sabor de los diferentes platos brindando sensación de ligereza a las bebidas.
  • Platos dulces que combinan bien con las aguas efervescentes.
  • Pongamos atención al agua que tomamos y usemos los sentidos para una experiencia gastronómica única.
Foto agua

 

Credito
Patricia Donoso Larrea