Hace un tiempo, la Academia Iberoamericana de Gastronomía (AIBG) suscribió un acuerdo con la Fundación Hispano Judía (FHJ) para llevar a cabo actividades destinadas a promocionar las culturas española, iberoamericana y judía a través de sus cocinas.
Con motivo de mi estancia en Los Ángeles, donde la Academia Iberoamericana tiene varios proyectos en marcha (como “Los Ángeles, escenario y altavoz de la gastronomía iberoamericana en el mundo”), quiero hacer un repaso por la historia de la cultura sefardí en la ciudad, para poner de relieve su importancia en el mundo anglosajón y la influencia que ha ejercido, especialmente, en el aspecto gastronómico.
Rafael Ansón, presidente de la AIBG, y David Hatchwell, presidente de la Fundación HispanoJudía (FHJ), firmando un acuerdo de colaboración. (Foto: AIBG)
La cultura sefardí en Los Ángeles: algo de historia
Los sefardíes, descendientes de judíos procedentes de la Península Ibérica tras su expulsión en 1492, han tenido una presencia significativa en Los Ángeles a lo largo de la historia.
Su llegada a la ciudad se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, trayendo consigo tradiciones y prácticas religiosas que diferían de las de los ashkenazíes (de origen europeo oriental), que eran más numerosos en los Estados Unidos.
Durante la primera mitad del siglo XX, la comunidad sefardí en Los Ángeles comenzó a crecer y a organizarse, logrando mantener y consolidar una identidad fuerte y distintiva.
Con el tiempo, ha tenido una influencia significativa en la vida cultural de la ciudad. En el aspecto gastronómico, concretamente, ha contribuido a la riqueza culinaria con la introducción de platos y costumbres muy característicos.
Presencia de la cocina sefardí
La cocina sefardí es principalmente mediterránea, caracterizada por el uso de ingredientes como el aceite de oliva, verduras frescas, legumbres, frutas, hierbas y especias. Mantiene elementos únicos que provienen de la España medieval, como es natural, con un notable intercambio de influencias árabes, otomanas y norteafricanas.el chef peruano y director del restaurante Chifa Doromari en Madrid, Edwin Castro ha querido retarse con un plato fuera de cualquier dimensión racional. Un arroz chaufa de más de 4500 kilos supone el desafío con que se lanza para batir un nuevo Récord Guinness.
Además, se rige por las normas establecidas en el Kashrut, que determina qué alimentos se pueden consumir y de qué manera. A la comida que cumple con estos preceptos se la denomina kosher, que en hebreo significa “correcto o apropiado”, y que se relacionaría con el bienestar físico o espiritual.
En Los Ángeles, pueden probarse platos tradicionales sefardíes como las borekas, unos pequeños pasteles de hojaldre rellenos de queso, espinacas, carne o patata; la fritada, un plato a base de puerros, huevo y, a veces, carne; o el baklava, un postre de hojaldre con nueces y miel.
También es típico el hamin, el pastel de espinacas y queso, las albóndigas de prasa, los keftes de espinaca o el tagine de pollo con limón y aceitunas, y postres como los bimuelos (buñuelos) o el tishpishti.
El baklava es un postre tradicional sefardí. (Foto: Freepik)
Restaurantes sefardíes en Los Ángeles
Este tipo de cocina es habitual en eventos y celebraciones de las comunidades judías, como bodas y festividades religiosas. Pero también puede encontrarse en algunos restaurantes de la ciudad, ya sean kosher (aunque también los hay de cocinas internacionales) o mediterráneos, especialmente en los vecindarios con mayor población judía como Pico-Robertson y Beverly Hills. También hay panaderías especializadas donde ofrecen postres tradicionales.
A modo de ejemplo, Borekas Sephardic Pastries es un pequeño local de comida para llevar conocido por su cocina sefardí, especialmente, las borekas. O Ta-eem Grill, un restaurante israelí-mediterráneo con aire informal, famoso por sus grandes raciones a precios asequibles.
Este es un breve repaso por la presencia de la comunidad sefardí en Los Ángeles y su contribución a la diversidad culinaria de la ciudad. Un patrimonio que, sin duda, no debe perderse.
