Las historias del vino en Grecia están llenas de inspiración y enseñanzas sobre la resiliencia, la tradición y el valor de preservar el conocimiento a través de los siglos
Las historias del vino griego no hablan solo de uvas o tierras; son relatos de personas que superaron dificultades, preservaron tradiciones y compartieron su pasión.
Durante siglos, algunas de las uvas más tradicionales de Grecia, como la Assyrtiko de Santorini o la Xinomavro de Macedonia, estuvieron al borde de desaparecer. Sin embargo, grupos de viticultores apasionados se propusieron rescatarlas, estudiarlas y perfeccionar las técnicas de vinificación.
Las uvas griegas, símbolo de resiliencia acorde a su historia
Remontándonos a la ocupación otomana entre el siglo XV y el XIX, muchas viñas fueron abandonadas o destruidas. Para combatir este intento de desaparición, la comunidad local se aferró a su herencia, y, tras la independencia, comenzó un arduo proceso de recuperación de sus viñedos.
Santorini, una pequeña isla volcánica, es uno de los ejemplos más claros de esta resiliencia. Tiene uno de los terrenos más desafiantes para la agricultura debido a su suelo rocoso y árido. Sin embargo, aquí crece una de las uvas blancas más apreciadas de Grecia: la Assyrtiko. De ella proviene un vino seco y mineral por el suelo volcánico de la Isla.
Los viticultores de Santorini desarrollaron una técnica única para proteger sus viñas del viento y el sol extremo, trenzándolas en forma de corona, llamadas kouloura. La innovación y creatividad de estos viticultores demuestran cómo, incluso en condiciones difíciles, es posible cultivar uvas gran calidad si se adapta y respeta el entorno.
Vinos varietales destacados en Grecia
El vino tinto Xinomavro, es intenso y estructurado, proveniente de Naoussa, una región en Macedonia Central. Se le compara a menudo con los vinos de Nebbiolo, italianos, debido a sus taninos fuertes y su acidez. Suelen tener notas de tomate y aceituna.
Otro vino tinto es el Agiorgitiko, también conocido como “Sangre Hércules”. Proviene de la región de Nemea, en el Peloponeso. Es afrutado, con sabores de bayas rojas, y puede variar desde un vino suave y fácil de beber hasta uno más complejo y de guarda.
Moschofilero es un vino blanco aromático producido en la región de Mantinia, en el Peloponeso, a partir de la uva homónima. Suelen tener notas florales y afrutadas, con una acidez fresca y un ligero toque de especias.
Retsina es un vino blanco o rosado único de Grecia, tradicionalmente aromatizado con resina de pino. Aunque a veces se le asocia con la región de Ática, cerca de Atenas, se produce en varias zonas del país.
Malagousia es una uva blanca que fue casi extinta hace unas décadas, pero ha resurgido hasta llegar a ser hoy una muy valorada. Produce vinos blancos fragantes y frutales, con notas de melón, melocotón y hierbas.
Mavrodaphne es un vino dulce de postre originario de la región de Patras, en el Peloponeso y hecho con la uva tinta del mismo nombre. Este vino suele tener un sabor dulce, con toques de higos, pasas y chocolate.
Constante recuperación en la industria vinícola griega
En la década de los 80, cuando Grecia entró en la Unión Europea, su industria del vino próspero activamente. Muchos productores tomaron esta oportunidad para impulsar sus vinos al mercado internacional, demostrando que el vino griego podía competir al más alto nivel. Este renacimiento es una muestra del poder de la tradición y la persistencia.
Sin embargo, la reciente crisis financiera de Grecia golpeó fuertemente a muchas industrias, incluida la vitivinícola. Contra todo pronóstico, muchas bodegas familiares y pequeños productores lograron sobrevivir y prosperar en años difíciles. Gracias a un fuerte sentido de comunidad y a la colaboración entre bodegas, los productores griegos lograron encontrar nuevos mercados en el extranjero y expandirse. Hoy, el vino griego es uno de los productos de exportación más valorados de la economía griega, y su éxito es un símbolo de la capacidad del país para adaptarse y encontrar fuerza en sus raíces.
Hoy en día, muchas bodegas no solo producen vino, sino que también ofrecen experiencias para educar sobre la cultura, la historia y la filosofía griega. Este enfoque no solo ha ayudado a revitalizar la economía local, sino que también ha dado al vino griego un nuevo propósito: unir culturas y expandir su tradicional conocimiento al mundo.
Entre los meses de junio a septiembre, los festivales del vino en Grecia ofrecen una experiencia única con degustaciones de productos locales y con bailes tradicionales junto con comida típica. Las Islas de Creta, Macedonia, Nemea, Samos y Santorini son centros de atracción turística en este momento.
Te invitamos a planear un viaje a Grecia en el mes de septiembre. Asiste a una de estas festividades, descubre sus variedades autóctonas, sumérgete en la cultura local y disfruta de la única hospitalidad griega.