Un regalo para los Reyes Magos: leche y galletas de madrugada

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Maria Carrasco Lloria
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galletas reyes magos

Cada madrugada del 5 al 6 de enero, los tres Reyes Magos entran en cada casa para dejar los regalos para todos los niños y niñas que se han portado bien durante el año. Entonces paran a descansar durante un momento, de una noche agotadora en la que su misión es hacer felices a todos. Las familias les agradecen en esta pausa con unas galletas y leche y un poco de agua y hierba para los camellos. Esta costumbre nace de una forma de reconocer la generosidad de Melchor, Gaspar y Baltasar con sus dulces favoritos que son los navideños.

Un banquete para los Reyes

La ilusión de los niños al levantarse la mañana del 6 de enero y ver el salón lleno de paquetes envueltos en llamativo papel de regalo debajo del árbol, tiene más valor que cualquier otro día. Y aunque con algún dolor de tripa de por medio, la presencia de los Reyes Magos es constatada por unas cuantas galletas mordidas y los vasos de leche a medio beber en la mesa del salón. Se dice que la leche debe ser tibia, para que no se quemen la lengua, pero tampoco fría para que ese trago les sirva para calentarse de la intemperie de la noche cerrada.

En otros casos, ya que sus Majestades de Oriente tan solo acaban de comenzar una ardua noche de trabajo y están más animados que nunca, también se les puede dejar una copa de brandy o de vino de Oporto, o incluso un poco de aguardiente para que afronten la madrugada con mayor espíritu. De otro lado, dejar un poco de fruta puede ser una gran opción, como unos gajos de mandarina o unas uvas, alimentos más ligeros que puedan llevar en los bolsillos o que no sean pesados al estómago.

Detalles que facilitan la visita real

Tampoco puede faltar por la mañana el agua salpicada por el suelo, de los cuencos de agua donde los camellos, agotados de llevar todos los regalos a cuestas, han parado a repostar antes de pasar a la casa del vecino. Su manjar favorito es el césped seco, a falta de ello, un poco de lechuga fina o canónigos.

La habitación donde Melchor, Gaspar y Baltasar posan los regalos debe de estar recogida para que no encuentren ningún obstáculo y no hay que olvidar poner los zapatos para que sus Majestades sepan donde dejar cada uno de los regalos. En muchas ocasiones, como toque final, ponen una bolsita de golosinas dentro de los zapatos de cada uno de los miembros de la familia.

A dormir pronto, que ya vienen los Reyes.

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Maria Carrasco Lloria