La burbuja del vino que los productores se niegan a admitir

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David Jolly /Gaceta.es

Los mejores conocedores se reúnen todas las primaveras desde principios de los años 70 en Burdeos para las catas, conocidas como la campagne primeur, o campañas futuras. Pero nunca lo han hecho en medio de una recesión tan profunda, en medio de un mercado tan helado. Por esta razón, las catas esta vez fueron un tema inusualmente sobrio.

Igual que los años locos de los salarios desorbitados de Wall Street y el dinero barato para todo el mundo crearon una burbuja inmobiliaria, en las acciones y en otros activos, también provocaron una burbuja en los caldos.

En las en primeur o futuros del vino, un sistema que funciona para beneficio de los châteaux productores proporcionándoles efectivo por parte de su producción cuando está todavía en el barril, los inversores y los consumidores tienen la oportunidad de comprar vino a precios que tienen el potencial de elevarse sustancialmente. Las cosechas de Burdeos de 2006 y 2007 fueron mediocres, pero los precios no cayeron

Los precios de los futuros siempre han experimentado amplias variaciones según la calidad de la cosecha. Pero esto cambió a partir de que la cosecha excepcional de 2005 desatara una espiral ascendente de los precios. Las de 2006 y 2007 fueron simplemente mediocres, pero los precios no cayeron, se mantuvieron gracias al superávit de nuevos ricos, grandes derrochadores.

Ahora, muchos de los especuladores que hicieron subir los precios a niveles extraordinarios han desaparecido o han pasado de ser compradores a ser vendedores, ya que intentan conseguir efectivo para cubrir sus inversiones. Y los banqueros y operadores, que no se inmutaban por invertir cientos de dólares en una botella, están ahora preocupados por perder sus primas o incluso sus empleos.

En consecuencia, algunos compradores extranjeros han decidido perderse las catas este año, quejándose de que los châteaux importantes no aceptarán que en un mercado tan débil los precios deban caer. Algunos pequeños productores corren el riesgo de quebrar si lo hacen.
Precios inflados

Los precios para los mejores vinos del mundo se elevaron en tándem con la burbuja financiera, porque los gestores de fondos institucionales y los operadores de internet entraron en el juego. El índice Liv-ex, London International Vintners Exchange, que monitoriza la cotización de 100 vinos de calidad, la mayor parte tintos de Burdeos, casi se triplicó en dólares entre febrero de 2005 y agosto de 2008. El índice ha perdido en torno al 43% de su valor desde entonces.

Simon Staples, director de vinos de alta calidad en Berr Bros, apuntó al ejemplo de Château Lafitte Rothschild, que se disparó desde los 955 dólares, por una caja de 12 botellas en los futuros de 2002 a 4.000 la caja en 2005, la mejor cosecha de los últimos tiempos. Pero a pesar de que los siguientes años fueron mediocres, el precio sólo cayó a 3.500 libras en 2006 y 2.800 en 2007.

Existe temor, sin embargo, para muchos pequeños productores de Burdeos que necesitan la liquidez que aportan las ventas de futuros. Los comerciantes de vinos que dependen de las ventas en primeur y los intermediarios entre los châteaux y el mercado más amplio, podrían verse especialmente afectados.

David Sokolin, un comerciante de vinos de Bridgehampton, Nueva York, señala además otro riesgo potencial. “Si los productores recortan lo bastante los precios de las ventas en primeur de 2008 para mover su producto, podrían perjudicar los precios de la cosecha de 2007”, dijo. Esto dañaría a los comerciantes y a los inversores que tienen estas cosechas, porque sus stocks de estos vinos perderían valor y tendrían prácticamente que regalar las inversiones realizadas para dar salida al género.

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David Jolly /Gaceta.es