La refrigeración y congelación son los métodos que mejor mantienen la calidad nutritiva de los alimentos, pero el éxito dependerá del cuidado que se tenga al hacerlo-
Por ello se recomienda evitar descongelar un alimento y volverlo a congelar, porque cuando se congela el agua tiende a expandirse, ya que forma cristales y éstos rompen células que se pierden al momento de la descongelación.
Como ejemplo, se indica que un trozo de carne al descongelarse pierde jugo y con éste vitaminas.
Asimismo hay microorganismos que no se eliminan durante la congelación y se reproducen al estar a cierta temperatura; entonces si nuevamente se congela un alimento, probablemente se habrán desarrollado más microorganismos.
Por lo tanto, lo ideal es descongelar los alimentos dentro del refrigerador (la temperatura ambiente favorece la proliferación de microorganismos); otra opción es hacerlo
directamente con el método de cocción, se puede utilizar el horno de microondas, pero se corre el riesgo de que una parte de los alimentos se descongele y la otra se cueza.
Los congelados sí tienen la misma calidad nutrimental que los alimentos frescos, y una de sus grandes ventajas es que duran más tiempo.
No es recomendable que los alimentos congelados estén más de cuatro horas a temperatura ambiente.
Considera llevar una bolsa térmica o incluso una hielera para transportar las compras, sobre todo si no se tiene pensado regresar de inmediato a su domicilio.
En el supermercado, hay que dejar hasta el final la compra de alimentos congelados y frescos.
No refrigerar o congelar alimentos calientes, ya que ponen en riesgo el refrigerador y los demás alimentos almacenados. Si se guarda algo muy caliente todo el gabinete se calienta y los alimentos entran a la llamada zona de peligro de la temperatura (por arriba de 4° C).