¿Por qué entramos al mundo del café? Una mirada personal entre historias, técnica y vocación

¿Por qué entramos al mundo del café? Una mirada personal entre historias, técnica y vocación
"Al final, quienes trabajamos en café terminamos rodeándonos de otros que realmente entienden lo que significa este oficio: lo complejo, lo sensible y lo profundamente transformador que puede ser una taza".
La mirada vocacional al mundo del café
La mirada vocacional al mundo del café
Oriana Martínez Martínez title=
Oriana Martínez Martínez
Thursday, December 11, 2025 - 11:30

Hubo un momento en mi vida en el que empecé a preguntarme por qué tantos, igual que yo, habíamos decidido dedicarnos al café. Qué nos llevó a este universo de aromas, perfiles sensoriales, métodos de extracción y largas conversaciones entre turnos. Y, sobre todo, cómo fue que cada uno encontró su puerta de entrada a un oficio que es tan técnico como emocional.

En mi caso, todo empezó por una curiosidad que nació desde la prohibición. Mi papá insistía en que los niños no debían tomar café, y quizá por eso el aroma de una taza siempre me pareció un misterio reservado para los adultos. Esa frontera despertó algo en mí.  Años después, junto a mi abuela, descubrí una novela ambientada en paisajes cafeteros, llena de personajes que vivían entre cosechas, patios de secado y montañas interminables. 

Sin darme cuenta, ese mundo sembró en mí la idea de que el café no era solo una bebida, sino una historia que podía volverse parte de mi vida.

Ya dentro del sector, comprendí que cada persona tiene un origen distinto en este camino. Algunos llegaron porque, literalmente, les gustaba su profesor y ese vínculo los llevó a conocer la especialidad. Otros se acercaron desde el interés por el contexto social que rodea al café: las comunidades productoras, la economía rural y las tradiciones que sostienen la cadena. También están quienes descubrieron que tenían habilidades naturales para catar, extraer, tostar o comunicar, y decidieron quedarse porque aquí encontraron un espacio donde su talento tenía sentido.

Como todo entorno profesional, el mundo del café está lleno de competencia: baristas con años de experiencia, rivales exigentes, creativos incansables, mentes técnicas capaces de leer una taza con precisión. Pero también está lleno de humanidad, personas que hacen reír en un turno difícil, colegas que comparten un fallo en la calibración como si fuera una clase magistral, amistades que nacen entre espressos, ratios y tazas de filtro.

Al final, quienes trabajamos en café terminamos rodeándonos de otros que realmente entienden lo que significa este oficio: lo complejo, lo sensible y lo profundamente transformador que puede ser una taza. Son ellos quienes ayudan a crecer, a afinar criterio, a mejorar técnica, y a seguir disfrutando de aquello que elegimos para nuestra vida.

Porque entrar al mundo del café puede tener mil razones… pero quedarse en él es, sin duda, una decisión que nace desde adentro.

Te puede interesar leer más sobre baristas en este texto: El homenaje al arte detrás de cada taza