Ron y Tabaco tributo al placer

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Por: Fernando Fernández / Foto: Alvite
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Sólo el amor engendra la maravilla dice el texto de una afamada canción de Silvio Rodríguez. Y es que ese amor eterno entre el Habano y el Ron, amor a primera vista, es el fruto de una misma madurez.

Intimar en el carácter del Habano, su riqueza histórico-cultural, conocer el desarrollo del Ron ,sus orígenes, su aporte a estos maridajes , nos permite poder no solo entender porque forman parte de nuestra cultura, sino también lograr combinarlos mejor.

El Ron es una bebida alcohólica que se obtiene a partir de la caña de azúcar por fermentación, destilación y envejecimiento, generalmente en barricas de roble.

La caña de azúcar de origen surasiático, fue traída por los árabes a Europa a través de España y cultivada principalmente en las costas del sur de la península ibérica, por poseer un clima adecuado para toda clase de cultivos tropicales, hecho que aprovecharon los árabes para la obtención de azúcar de la misma.

De igual forma, los árabes también trajeron a España, y de ahí a Europa, el proceso de destilación de alcoholes con alambique (ambas palabras de origen árabe).

Los españoles llevaron la caña a las islas Canarias y luego a las islas del Caribe, a el segundo viaje de Colón, principalmente a Cuba. Cuando ingleses y franceses, más aficionados que los españoles a los licores de alta graduación alcohólica, se instalan en las Antillas, toman el cultivo de la caña para tener azúcar en sus metrópolis y comienzan a destilar el Ron.

El primer Ron se desarrolló en Barbados, y aunque el mundo antillano extendió las distintas dimensiones de este elixir, la isla que primero elevó el Ron a su condición de bebida clásica fue Cuba. Lo que hoy se conoce como ron cubano es el tercer gran estilo en orden de aparición, en lo que a Ron se refiere, y se caracteriza por un toque maravilloso de dulzor que viene perfecto con el Habano.

El tabaco, en cambio, es una planta suramericana. Si bien fueron los indios arahuacos quienes la trajeron al Caribe, los aztecas ya conocían que su zumo era un antídoto para el veneno de las serpientes, mientras los mayas le daban poderes milagrosos, y en general entre todos los indoamericanos del Caribe su consumo formaba parte de las creencias mítico-mágicas.

Descubierto por los europeos durante el primer viaje de Colón a Cuba, en la porción más oriental de la Isla, el tabaco tuvo un largo decursar por las cortes europeas donde su consumo se consideraba un gran placer.

Cuba fue desde siempre el gran productor de tabaco de calidad, aunque tardó más de dos siglos para que el tizón de los indios visto por el Almirante de la mar océano, fuera perfeccionado y magnificado, convertido, gracias a su depurada técnica de elaboración, en el Habano de linaje y prestancia admirado en todo el mundo.

Fue en el siglo XIX, con la abolición de la factoría por Real Decreto del 23 de junio de 1817 del rey de España Fernando VII, que realmente comienza el desarrollo de la industria tabacalera en Cuba. Y ya en la década del 40 del siglo XIX aparecen las primeras marcas de Habanos, algunas de las cuales aún perviven, como Punch (1840), H. Upmann (1844), Partagás (1845), Ramón Allones (1846), entre otras.

Desde entonces, un gran Habano con su anilla de oro y púrpura, en su estuche de madera, con sábanas de hojas de cedro, lleno de su riqueza barroca, será siempre el gran señor de la sobremesa, y por su noble linaje siempre será perfecto para relacionarse con el Ron, con el cual entabla un armonioso diálogo.

El Habano es el único que está hecho para todos los sentidos, para todos los placeres, el olfato, el gusto, el tacto, la vista e incluso para el oído, pues al hacerlo girar entre los dedos emite un ligero crujido, que ha supuesto durante mucho tiempo el indicio de un placer suplementario. Su riqueza aromática, agradables amargos, consistente sabor, su arrogancia, merecen los encantos de un buen Ron, ya sean blanco, añejos o añejos superiores.

La unión y el consumo de Habanos y Ron requieren del conocimiento de cuáles son sus características olfativas, sus elementos gustativos. En el caso del tabaco, sus dimensiones y grosor condicionan el consumo, pues cada uno de ellos son diversos en fortaleza, dimensiones y variedad de marcas; mientras que los rones aportan una interesante variedad de gustos y aromas perfectos para la combinación.

Maridar las intensidades del Habano con el Ron, no es solo interrelacionar productos que consumimos de acuerdo a nuestros gustos, tradiciones, preferencias, sino lograr que el fuego de ambos una las armonías desatadas por la calidez del tabaco y la de los alcoholes, y establecer un diálogo mutuo que solo puede llevarnos a esa sensación que los humanos llamamos satisfacción.

Primera relación:

Habanos: Epicure no 1.Hoyos de Monterrey, Upmann No. 2, Taínos de la Gloria Cubana, Punch Punch, Doble Coronas de Punch, Churchill de Hoyo de Monterrey, Magnum-46 de H.Upmann,Imperiale de Quai D´ Orsay.

Rones: Havana Club Reserva Especial, Varadero 7 años, Santiago 5 años, Arecha Extra 5 años.

Segunda relación:

Habanos: Robusto de Cohíba, Short Churchill de Romeo y Julieta, Doble corona de Hoyo de Monterrey, Exibición No. 4 de Romeo y Julieta, Robusto Extra de Trinidad, Famosos de Robaina, Siglo V de Cohíba, Edmundo de Montecristo, Sir Winston de H. Upmann, Siglo IV de Cohíba, Lanceros de Cohiba. Pirámide de Cohíba, Don Alejandro de Robaina, Montecristo No. 2.

Rones Añejos: Havana Club 7 años, Varadero 7 años, Santiago 11 años, Caney Añejo Centuria, Mulata 7 años.

Tercera relación:

Habanos: Serie D No. 4 de Partagás, 8-9-8 de Partagás, Specially Select de Ramón Allones, Royal Corona de Bolívar, Gigantes de Ramón Allones de Partagás, Siglo VI de Cohíba, Espléndidos de Cohíba, Mágicos Maduro-5 de Cohíba, Robusto de Montecristo.

Rones Añejo Superior: Havana Club 15 años, San Cristóbal 180 Aniversario, Santiago 20 años, Havana Club Barrel Proof.

Credito
Por: Fernando Fernández / Foto: Alvite

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