Resulta curioso como, por razones saludables y también gastronómicas, poco a poco van apareciendo productos que parecían olvidados, muy especialmente de Iberoamérica. Tal es el caso de la moringa a la que hoy quería referirme.
La moringa, un alimento del que acabo de tener noticia y que, como ocurrió en su día con el amaranto, los españoles no solo no trajimos, sino que no lo difundimos al volver de América, pero que ha nutrido a los habitantes de América durante siglos.
Así como la quinua es típica de Bolivia (por tanto, en gran medida de Perú) el amaranto es mexicano y la moringa es de la zona de Paraguay, con su alimentación del bosque y con una de las gastronomías precolombinas más interesantes.
Datos sobre la moringa
Les doy algunos datos sobre este producto:
- Tiene una alta capacidad de antioxidantes.
- 15 minerales (de un total de 20).
- 25 % de proteína vegetal completa.
- 7 vitaminas (de un total de 13).
- 19 aminoácidos (de un total de 22) y 9 aminoácidos esenciales, de los 9 que necesitamos y no producimos.
La moringa es conocida como “el árbol de la vida”, porque sus hojas contienen todos los nutrientes y antioxidantes en la proporción necesaria para el ser humano. En la cultura guaraní, la del bosque, en la zona de Uruguay y Paraguay, se bebía en agua con hierbas durante todo el día.
Hoy es la empresa paraguaya Yguá, a través de su moringa oleifera, la que ha conseguido incorporar este producto en batidos, infusiones, ensaladas, cremas, postres y como condimento en los platos de cada día.