Degustar un buen Habano tiene su mística, sus encantos. Requiere técnica, prestancia y sapiencia para disfrutar a plenitud. Elementos que, combinados, le confieren al fumador cierto aire de exclusividad y glamour.
Pero lograr una ceniza larga y consistente está catalogado como una proeza reservada solo para expertos en las artes de los mejores puros Premium del mundo. Por ello la expectativa en la tercera edición de la Fumada Perfecta.
Por ello el revuelo de cámaras y curiosos para admirar a los competidores que hicieron de un Ramón Allones Gigantes su razón de ser durante el XVIII Festival del Habano.