Durante la última década, el vino orgánico en Argentina no ha dejado de crecer. Lo que comenzó como una novedad que no a todos convencía, ha ganado terreno hasta convertirse en uno de los actores principales del mercado vinícola argentino. No cabe más que decir que el crecimiento del vino orgánico en los últimos 10 años es del 34.000 %.
Fue el pasado año cuando el Instituto Nacional de Viticultura (INV) publicó los informes que demuestran que la demanda de vino orgánico es tan elevada como para haber alcanzado la consolidación en el mercado tanto argentino como internacional.
Los datos avalan al vino orgánico en Argentina
La dimensión que ha alcanzado el vino orgánico se analiza en una década, atendiendo a que los productores de este tipo de vino en Argentina eran 59 en el 2014, mientras que este año ya se han registrado cerca de 140 bodegas. La producción de vino ha crecido de poco más de 4000 litros a más de millón y medio de litros, según el INV en este periodo.
Por su parte, la exportación de vino orgánico ha aumentado en un 27% en este periodo. Tanto es así que se observa que el crecimiento más fuerte tuvo lugar durante los primeros años, ya que en 2013 eran ya casi siete millones de litros los exportados, mientras que en 2023 se definieron ocho millones y medio de litros. El principal importador de vino orgánico argentino es Estados Unidos.
La uva orgánica se comienza a producir y convertir en vino y certificar como tal en la región de Mendoza, aunque no podemos olvidar La Rioja y San Juan. De todas formas, la producción anual de esta uva tan solo representa el 3,9%, pues el imbatible Malbec lidera incomparablemente el mercado con el 30% de la uva argentina.
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