Paul Roll: "A los chefs franceses los considero culpables de no saber desarrollar una cocina popular"

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Enric Ribera Gabandé
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Paul Roll

Paul Roll es uno de los profesionales del turismo más prestigioso del mundo. Nacido en Chile, ha ejercido en este sector en diferentes países, entre ellos, en Francia. Ocupó durante 10 años el cargo de director general de la Oficina de Turismo y Congresos de París. Ahora, forma parte como copropietario del hotel La Masion Champs Élysées, un símbolo hotelero de prestigio de la capital parisina.

¿Dónde nació usted?

Nací en Santiago de Chile en el año 1954.

¿Cuál fue el motivo de recalar en Francia?

Mi madre era francesa. Cuando tuvimos que irnos, lo hicimos a Portugal y desde Portugal a Francia.

¿Cómo se inició Paul Roll en el mundo del turismo?

Por pura casualidad, debido a que al haber estudiado en Chile y hacerlo en inglés, además de ser la madre francesa y vivir en Portugal, ya hablaba cuatro idiomas. A partir da ahí me orienté en un sector que fuera capaz y útil, en el cuál mi personalidad y mis idiomas me hicieran sentir a gusto con mi pasado.

¿Estos cuatro idiomas en cuántos se han ampliado en la actualidad?

Hay que añadir el italiano. Cuatro idiomas latinos: francés, italiano, portugués y castellano, además del inglés.

Su primera incursión en el mundo del turismo ¿Cuál fue?

Empecé en las Bahamas, como director de recursos humanos, en una empresa en la cual yo no sabía nada de este tema. A partir de ahí hice la carrera de 18 años en el Club Med. Después en Francia, Asia, Haití, Italia…

¿Llegó a ser director general de la Oficina de Turismo y Congresos de París durante 10 años?

Sí, así es.

La mano derecha del alcalde

¿Este cargo venía a representar la mano derecha del alcalde de París en temas de turismo?

Yo siempre había hecho mi carrera en el sector privado. Un día me llamaron desde la municipalidad (no conocía a nadie relacionado con la política ni pertenecía a ningún partido político) y el alcalde me dijo que estaba buscando un profesional. Venía a ser un insulto para los que no procedíamos del sector privado, y acepté por razones, en parte, afectivas y sicológicas, considerando que a un francés de Chile se le propone tomar el cargo del turismo de la capital turística del mundo, lo tomé un poco como…Llamé a mi mamá y le dije: ¡Volvimos!

¿Cómo definiría este periodo de 10 años al frente de la oficina?

Fueron 10 años importantes en el sentido que se renovó totalmente la oferta turística, en los que el turismo urbano tuvo una evolución espectacular a partir del 2004, cuando empezaron a viajar los chinos, después los rusos y más tarde los indios. Fueron años en los que se renovaron los museos. La manera de administrar la ciudad cambió, en sentido que fueron privilegiando los transportes públicos y la calidad de vida de la ciudad. Sin duda, fueron importantísimos.

¿Mucho tiempo en este sector?

10 años son muchos y hay que volver al sector privado, porque en el mundo actual los Estados viven en crisis. No han encontrado manera de tomar cargo de su población. Ahí estoy, feliz.

¿Cómo se comporta en turismo receptivo internacional con París?

 El resumen es siempre difícil. La síntesis es complicada. El turista que viene a Paris por primera vez, busca la novedad. Pero, al mismo tiempo, nos damos cuenta que el que vino alguna vez a París, sigue visitando lo mismo cada vez que regresa. Los que vienen por primera vez, lo hacen para sacarse la foto junto a la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, o los Chmaps Élysées…

¿Es un turismo que hay que conservar?

 Es un turismo muerto, el cuál no se participa. El futuro está en conseguir la primera visita. Que venga, que para París es fácil, asegurándose que la siguiente lo haga y se quede más tiempo, y que entre un poco en este ejercicio socio-cultural, casi antropológico, donde el visitante ve otras personas con otras culturas, con otros idiomas y otras religiones.

¿Qué futuro le espera a París?

El futuro del turismo está en esto, en el hecho que se consiga establecer un equilibrio ideal entre el visitante y quien vive. El día en que este equilibrio se quiebra, que ha sucedido infelizmente en otras ciudades, el autóctono no soporta el turista.

Según la OMT, el 30% de los turistas, en el momento de decidirse por un destino, tiene en cuenta los atractivos que ofrece la gastronomía del lugar ¿Para París, lo tiene aún más, si cabe?

Sí y no. La gastronomía francesa tiene un problema: No se adaptado. No se ha modernizado. Está, en cierta manera, prisionera de estos chefs muy prestigiosos, muy caros, que han desarrollado una imagen de la cocina francesa muy sofisticada y ante la cuál, cocinas como la italiana (anteayer); española (hoy), están tomando poco a poco un espacio en la comida de todos los días.

¿Cuál es el camino ideal?

Si nos referimos, por ejemplo, a Bombay o Sangay, pocos restaurantes franceses abren, y los que lo hacen corresponden a prestigiosos chefs. Lo importante es tratar de encontrar una visión un poco más económica, más popular, en el sentido noble de la palabra, para que esta cocina se vaya exportando.

¿Estos chefs, por lo tanto, son ciertamente culpables?

Los considero culpables de este hecho, de no saber desarrollado una cocina popular, como lo han hecho, por ejemplo, el Líbano o los chinos. La cocina francesa, no tiene platos que le den una cierta modernidad a ésta.

Cambiamos de argumento ¿Cómo fue llegar al hotel Champs Élysées?

Esto es una casualidad. Somos 4 socios de origen totalmente diferente, amigos desde hace más de 20 años. Uno es productor de cine. Otro trabajó para el Gobierno en los niveles más altos. La otra, fue presidenta de una cadena hotelera. Y, yo.

Paul Roll
Fachada del hotel La Masion Champs Élysées.

¿Qué pretendían con este hotel?

Queríamos un hotel con características personales a nivel de empresa, servicio…

¿Con personalidad?

Así es. No buscábamos un decorador que hubiera hecho la decoración de otros hoteles. La Maison Champs Élysées es, sencillamente, diferente. Es un producto que se desmarca de los otros.

¿Cuál es la política de precios que tienen fijada?

A pesar de que somos un hotel 5 estrellas, los precios no se corresponden a éste; están por debajo, tanto en el restaurante como en el hotel.

En La Maison Champs Élysées ¿la juventud al poder?

Tenemos un equipo joven y muy profesional.

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Enric Ribera Gabandé