La salud oral y la nutrición van de la mano y si las separas se pierden. El Consejo General de Dentistas de España ha lanzado su campaña “Salud Oral y Nutrición” para concienciar sobre cómo puede afectar la ingesta de ciertos alimentos a la salud bucodental y al desarrollo de diversas enfermedades. Esta ha sido apoyada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y por la Fundación Dental Española (FDE).
Avisan estos organismos oficiales de que las personas mayores de 65 años, las embarazadas y los niños son los grupos más vulnerables a dolencias de este tipo, por lo que deben controlarse, aunque de forma generalizada, la ingesta de azúcares, carbohidratos refinados o la falta de nutrientes en las dietas. Las caries, la gingivitis o la periodontitis, son las enfermedades más comunes entre estos segmentos de la población.
La campaña, que busca concienciar sobre los efectos de la alimentación en la salud de la boca, apunta a tres elementos que debemos atender principalmente: la frecuencia de las ingestas de alimentos, la hidratación y la salivación. Esta última se escapa del control de cada uno, por lo que solo cabe indicar que, a mayor cantidad y menor acidez, mejor será la calidad del esmalte dental. Asimismo, los consejos del Consejo son, principalmente, evitar el picoteo entre horas y mantenerse hidratado, que es, básicamente, la solución a la mayoría de los problemas de la salud.
La caries, la dolencia más común por el mal cuidado de la alimentación
Las caries, usualmente, se pueden evitar. Es la enfermedad bucal más común provocada por la mala alimentación y la falta de los cuidados higiénicos pertinentes, lo que puede acarrear problemas más serios que un simple dolor de muelas. Los investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos aseguran que es muy importante cuidar “los hábitos alimentarios como prevención primaria y secundaria de las caries”.
Para las caries, estos expertos recomiendan la reducción del consumo de sacarosa a un máximo de 50 mg al día, así como evitar los alimentos pegajosos como los chicles o los alimentos acidogénicos como las chips, el chocolate con leche o las galletas.
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Dieta sana, boca sana
El gran damnificado de la boca cuando la alimentación no acompaña es el esmalte dental y la principal consecuencia, la sensibilidad de las encías. Una dieta equilibrada, rica en los nutrientes necesarios, es la solución a muchas de las situaciones.
“Salud oral y Nutrición” destaca cinco nutrientes necesarios para mantener la salud de la boca:
Calcio. Es el principal causante del blanco de los dientes. El esmalte dental se repara gracias a las aportaciones de calcio que recibe el cuerpo a través de alimentos como la leche, el yogur, el queso, el tofu, las judías o el salmón.
Zinc. Es el responsable de la cicatrización y reparación de tejidos, por lo que a la boca le resulta un mineral muy valioso. Se encuentra en las gambas, la carne de pavo, vacuno y cerdo.
Vitamina C. La recibimos de frutas como la fresa y el kiwi o de verduras como el pimiento. Hace efecto sobre las encías y previene dolencias como la periodontitis y la gingivitis, por sus propiedades cicatrizantes.
Probióticos y antioxidantes. El consumo de cebolla, espárragos, alcachofa o ajo (que contienen probióticos) y los cereales integrales, la zanahoria, el boniato y los tomates (con propiedades antioxidantes), previenen las enfermedades de las encías.
Vitamina D. Procesa el calcio y el fosfato para que todas sus propiedades hagan efectos sobre el organismo. Aportan cantidad de esta vitamina los huevos, las setas o los pescados grasos.