Té de caléndula y sus maravillas para la salud

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Maria Carrasco
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té de caléndula

¿Has oído hablar de la caléndula? Es una de esas plantas que se usan desde hace siglos y siglos para curar  diversos males . De hecho, también es conocida su flor como "maravilla".

Esta flor naranja, llamada antiguamente "Merygold", crece por todo el interior del Mediterráneo, aunque ya se encuentra en casi toda la península. Además, es de fácil cuidado, por lo que, para hacer la propia infusión, puedes empezar por el principio: cultivándola. Es una flor de un vistoso naranja dorado, muy apreciada en la botánica.

El poder mágico de la flor de caléndula

La caléndula es una planta que algunos llamarían poderosa debido a sus propiedades curativas, sobre todo en forma de infusión y de ungüento. Los efectos del té de caléndula son principalmente dermatológicos, ya que contiene activos importantes para la piel, como la vitamina A o el ácido salicílico junto a los flavonoides. Esta flor aporta beneficios antiinflamatorios, antioxidantes, cicatrizantes y relajantes.

El té de caléndula ayuda a la salud intestinal y a la digestión, así como tiene efectos calmantes sobre el malestar de estómago, la acidez, y los dolores menstruales. Además, puede ayudar en cuanto a las infecciones por hongos por su labor como antiséptico y antibacteriano, que lo hacen ideal como remedio para las infecciones bucales.

Por otra parte, la infusión de caléndula puede estimular la secreción biliar, lo que la indica para dolencias hepáticas. También ayuda en resfriados y gripes.

Como muchas infusiones, la de caléndula mantiene ciertos efectos de somnolencia, lo que ayuda a personas con problemas del sueño, así como también favorece la respiración lenta.

Fuera de la infusión, los ungüentos de esta flor son muy populares para ayudar a regenerar la piel en quemaduras y dermatitis, para el acné juvenil y las urticarias. Además, se suelen indicar cremas de caléndula para proteger la piel de los bebés, que es hasta cinco veces más fina que la de un adulto. Aun así, se contraindica para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ya que no han probado científicamente algunos de sus efectos, por lo que es preferible evitarlo.

Preparar infusión de caléndula

Se trata de un proceso muy sencillo. Tan solo se utiliza la flor o los pétalos, evitando el tallo. Estas se pueden utilizar frescas o secas, dependiendo del acceso que tengas a la caléndula.

Debemos sumergirlas en agua hirviendo durante unos 10 minutos para que la planta pueda concentrar todas sus propiedades en el agua. Tras ello, deberá reposar otros diez minutos, preferiblemente tapado para que no se diluya el calor.

Para endulzarla, si es que así prefieres el gusto, puede ser una buena idea añadir una cucharada de miel.

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Maria Carrasco