Una nueva hoja de ruta para el sector vitivinícola se ha trazado desde la Unión Europea tras la aprobación de las Recomendaciones Políticas para el Futuro del Sector Vitivinícola de la UE.
El documento, impulsado por el Grupo de Alto Nivel sobre el Futuro del Sector Vitivinícola, busca enfrentar los retos que afectan al vino europeo en temas como la disminución del consumo y la producción inestable debido a fenómenos climáticos extremos, garantizar la sostenibilidad, competitividad y resiliencia de un sector clave para las economías rurales y el patrimonio cultural europeo.
Presidido por Christophe Hansen, nuevo Comisario de Agricultura y Alimentación, el encuentro reunió a representantes de la Comisión Europea y los Estados miembros y fue espacio para resaltar el impacto del sector vitivinícola tanto en la generación de empleo y desarrollo en áreas rurales, como en la identidad cultural europea.
Gestión del potencial productivo y sostenibilidad
Uno de los puntos centrales de las recomendaciones es abordar la gestión del potencial productivo. Aunque la superficie de viñedos en la UE ha disminuido ligeramente entre 2015 y 2023, persisten problemas de sobreproducción en algunas regiones. Para equilibrar la oferta y la demanda, se sugieren programas de arranque definitivo de viñedos en áreas con excedentes, priorizando zonas de alto valor paisajístico y variedades genéticas relevantes.
La flexibilización en las autorizaciones de plantación también es un tema clave. Los Estados miembros podrán ajustar estas autorizaciones según las necesidades de sus regiones, evitando un incremento innecesario de la superficie cultivada y protegiendo los recursos.
El texto también propone reforzar las herramientas de gestión de crisis, permitiendo redirigir presupuestos no utilizados hacia medidas de emergencia.
Resiliencia frente al cambio climático
En cuanto al cambio climático, las recomendaciones instan a la Comisión a mejorar las herramientas de gestión del riesgo climático dentro de la Política Agrícola Común (PAC). Entre las propuestas destacan seguros innovadores, mutualidades y normas de compensación adaptadas a pérdidas por eventos climáticos extremos.
Además, se subraya la importancia de establecer planes de adaptación obligatorios y fomentar la investigación en técnicas de cultivo resilientes.
Innovación y nuevas oportunidades de mercado
Las directrices sugieren revisar las normas sobre prácticas enológicas y etiquetado en aras de facilitar la comercialización de productos como vinos parcialmente desalcoholizados. A su vez, ello responde a la demanda de opciones más saludables sin comprometer la calidad y reputación del vino europeo.
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Por otro lado, el texto propone ampliar los programas de promoción y simplificar su acceso para pequeños productores. También destaca el enoturismo como una herramienta clave para conectar el vino con los territorios de origen y diversificar las oportunidades comerciales.
