Suspiros de amante, el dulce más romántico de Teruel

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Maria Carrasco Lloria
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suspiros de amante

Suspiros de amante, amores platónicos y besos prohibidos. Cuantas historias giran alrededor de un beso y cuantas narran los deseos prohibidos de dos amantes. No hablamos de Romeo y Julieta, los abanderados del amor platónico universal, sino de los amantes de Teruel. Pero si algo bueno tuvo esta historia de amor con final fatídico es que se crearon unos dulces especialmente para la fecha señalada: los suspiros de amante.

Durante unos días, la ciudad de Teruel gira el reloj a la inversa y vuelve a la Edad Media. Los ciudadanos se engalanan con sus mejores vestiduras ambientadas así como las pastelerías se llenan de estos pasteles que celebran un amor prohibido, con el deseo de cambiar el final de la leyenda.

En la semana del amor, la ciudad aragonesa celebra su propia leyenda, haciendo homenaje a las Bodas de Isabel Segura, que la historia cuenta fueron en contra de su amor por don Diego de Marcilla.

Tartaletas de queso para celebrar que el amor viaja en el tiempo

Los suspiros de amante son tartaletas de masa quebrada rellenos de crema de queso. Pueden recordar a los famosísimos y lisboetas pasteles de Bélem, aunque algo más compactos en la masa y un dulzor más moderado ya que la crema se elabora con queso en lugar de nata.

Unos dulces muy románticos hacen honor a una historia popular de doña Isabel y don Diego, que Teruel ha recuperado este siglo tras haber pasado años en el olvido. Al parecer, al comenzar a celebrarse la representación artística de esta antigua historia de amor, los turolenses comenzaron a sentir suya la historia, como una seña de identidad. Como todos sabemos, el amor siempre triunfa. Así como el amor por un buen postre lleva a los golosos por los más dulces derroteros.

Un homenaje dulce al último aliento de dos enamorados

Allá por el siglo XIII vivieron las calles de Teruel un romance sin igual entre dos jóvenes de familia adinerada. Sin embargo, ante la perdida de poder de los Marcilla, el joven Diego hubo de partir a la Cruzadas durante cinco años. Ante la impaciencia del padre de doña Isabel y los rumores de muerte del enamorado, la dama fue comprometida y casada con un señor del Albarracín.

En la noche de la boda, don Diego reapareció y ante el rechazo de su amada de darle un último beso por compromiso con un marido al que no amaba, cayó muerto bajo el balcón de la muchacha. Días después, Isabel, arrepentida, se coló en el entierro del amado para concederle el beso que lo mató. Al tocarse los labios de los amantes de Teruel, Isabel cayó fulminada sobre el cuerpo de su amado.

Hoy, la capilla de a Iglesia de San Pedro encuentra los sepulcros de los amantes con las manos entrelazadas en un compromiso eterno.

Vemos que la historia de los suspiros de Teruel no es tan esperanzadora como rico su sabor. De hecho, su nombre simboliza el último aliento de los amantes antes de caer muertos ante un amor imposible.

Comer suspiros de amante no te asegura encontrar a tu media naranja, pero sí un amor eterno a este postre turolense que se prepara una vez al año durante la celebración más romántica.

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Maria Carrasco Lloria