La Unesco documenta cuatro tradiciones gastronómicas de Bolivia que quieren salvar del olvido

La Unesco documenta cuatro tradiciones gastronómicas de Bolivia que quieren salvar del olvido
La Unesco registra cuatro experiencias gastronómicas de Bolivia, apthapi, ají y maní, licores artesanales y pesca weenhayek, para un atlas internacional que busca preservar y transmitir las tradiciones alimentarias del mundo.
La Unesco documenta cuatro tradiciones gastronómicas de Bolivia
La Unesco documenta cuatro tradiciones gastronómicas de Bolivia
Monday, December 22, 2025 - 17:50

La Unesco ha iniciado la documentación de cuatro experiencias gastronómicas representativas de Bolivia para incorporarlas a un atlas internacional de alimentos. El proyecto busca salvaguardar, transmitir y visibilizar tradiciones culinarias ligadas al territorio, la identidad y la memoria colectiva.

Un atlas mundial para proteger la cultura alimentaria

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) trabaja en la creación del Atlas Internacional de Alimentos y una plataforma digital destinada a preservar las tradiciones alimentarias del mundo y garantizar su transmisión a las generaciones futuras.

En el marco de esta iniciativa, Bolivia ha sido seleccionada para documentar cuatro experiencias gastronómicas que reflejan la diversidad cultural, ecológica y social del país. El proyecto está financiado por el Ministerio de Cultura de Arabia Saudí y se desarrolla en distintas fases entre 2024 y marzo de 2026.

Apthapi: la comida como acto comunitario

Una de las experiencias documentadas es el apthapi, una tradición ancestral andina basada en el intercambio y el compartir alimentos producidos localmente.

Esta práctica, profundamente vinculada a valores como la reciprocidad, la unidad y la solidaridad, fue registrada en la comunidad de Colquencha, en el departamento de La Paz, durante la festividad del Señor de la Exaltación. El apthapi no es solo una comida colectiva, sino una expresión viva de organización social y cosmovisión comunitaria.

Ají y maní: identidad culinaria de los valles de Chuquisaca

La segunda experiencia se centra en el ají y el maní, ingredientes fundamentales de la gastronomía tradicional de los valles de Chuquisaca.

Ambos productos son esenciales en la elaboración de platos emblemáticos que definen la identidad local, transmitidos de generación en generación. Su documentación pone en valor no solo las recetas, sino también los saberes agrícolas, las técnicas culinarias y el vínculo con el territorio.

Licores artesanales de Vallegrande

El proyecto también recoge la elaboración de licores artesanales en el municipio de Vallegrande, en el departamento de Santa Cruz.

Estas bebidas se producen a partir de frutas silvestres y cultivadas de la región, como la yana yana, la quirusilla o la guayabilla, muchas de ellas endémicas. La práctica combina conocimiento botánico, técnicas tradicionales y una estrecha relación con el entorno natural.

La pesca tradicional del pueblo weenhayek

La cuarta experiencia documentada es la pesca tradicional del pueblo indígena weenhayek, asentado históricamente a orillas de los ríos Pilcomayo y Bermejo, en la región del Gran Chaco.

Se trata de una práctica profundamente ligada a su cosmovisión nómada y a una relación respetuosa con la naturaleza, donde la pesca no es solo subsistencia, sino identidad cultural y transmisión de conocimiento ancestral.

Tecnología, sostenibilidad y Agenda 2030

Tras una primera fase de mapeo exhaustivo de prácticas alimentarias en Bolivia, el proyecto avanza ahora en una segunda etapa centrada en la documentación detallada y promoción digital de estas tradiciones.

El objetivo es difundir este patrimonio gastronómico mediante herramientas tecnológicas, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, y reforzar la educación cultural y alimentaria a escala global.