Manchester está a punto de sumar un nombre con peso propio en el universo de la alta restauración: Nobu. La visita de Robert De Niro junto al chef Nobu Matsuhisa y Meir Teper para marcar el inicio simbólico de las obras no fue una simple foto: fue la declaración de que la ciudad quiere jugar en otra liga culinaria. Nobu aterriza por primera vez en el Reino Unido más allá de Londres y lo hace con una promesa clara: convertir la experiencia gastronómica en el corazón de un gran proyecto urbano.
El desarrollo incluirá un restaurante Nobu, un hotel de 160 habitaciones y 452 residencias de marca dentro de una torre de 246 metros prevista para completarse en 2031. Los números impresionan, sí, pero el dato que de verdad importa a la gastronomía es otro: el restaurante no será un “anexo” del edificio, sino la pieza central, la puerta de entrada, el lugar donde se construye el deseo y se activa el boca-oreja.
Un Nobu con alma industrial: cocina japonesa bajo arcos victorianos
Uno de los movimientos más inteligentes del proyecto está en la ubicación del restaurante. Nobu Manchester se situará en la planta baja, entre arcos de viaducto victorianos originales (protegidos), integrando ladrillo, historia y carácter industrial en un espacio contemporáneo. En términos de experiencia, eso tiene mucho valor: el comensal no entra solo a cenar, entra a un relato. Manchester no disfraza su identidad, la pone de escenario. Y Nobu, que siempre ha entendido el poder del lugar, convierte esa herencia en parte del plato.

Porque la marca Nobu funciona así: técnica japonesa, estética cuidada y una idea de lujo que no grita, pero se nota. La cocina se construye desde la precisión, la textura, el corte y el equilibrio; y se remata con una puesta en escena que seduce sin pedir permiso. En Manchester, ese contraste —la arquitectura centenaria y la cocina moderna— puede ser exactamente lo que haga del restaurante una dirección imprescindible desde el primer día.
Nobu de Los Ángeles al mundo, ahora en Manchester
La historia del chef Nobu Matsuhisa es la de un cocinero que convirtió su visión en un lenguaje global. Abrió su primer restaurante, Matsuhisa, en Los Ángeles en 1987. Años después, tras asociarse con Robert De Niro, nació el primer Nobu en Nueva York en 1994. Desde entonces, su enfoque —reconocible, sofisticado, contemporáneo— ha dado lugar a más de 50 restaurantes en todo el mundo.
En 2013, la marca dio el salto a la hotelería con el primer Nobu Hotel en Las Vegas, ampliando el concepto hacia una experiencia completa donde la gastronomía no es un servicio más: es identidad. Esa misma lógica es la que llega a Manchester: una cocina que atrae, un diseño que envuelve y una hospitalidad que convierte una cena en un plan.
¿Qué va a aportar Nobu a la escena gastronómica de Manchester?
Más allá del brillo mediático, la pregunta real es qué cambia en la ciudad. Y cambia mucho. Nobu llega en un momento en el que Manchester está consolidando una escena culinaria establecida y ambiciosa, con público local curioso y una proyección internacional creciente. La propia visión del proyecto apunta a ello: se espera que el equipo de Nobu combine productos locales y referencias del patrimonio culinario del noroeste con los sabores y el estilo por los que la marca es famosa.
En otras palabras: Nobu no llega solo a replicar un modelo, llega con margen para dialogar con el territorio. Y eso, en gastronomía, es la diferencia entre un restaurante “de paso” y un restaurante con peso. Si esa integración se hace con inteligencia, Manchester puede ganar un nuevo icono: un espacio capaz de atraer a viajeros, gourmets y curiosos, pero también de convertirse en punto de encuentro para una ciudad que quiere medirse con las grandes.
Alta gastronomía y estilo de vida: cuando el restaurante es el motor
Este proyecto no se entiende sin la tendencia que lo impulsa: la gastronomía como motor de un estilo de vida. La torre reunirá restaurante, hotel y residencias en un mismo universo de marca. Las Nobu Residences Manchester serán la entrada de Nobu en el mercado inmobiliario de lujo del Reino Unido e incluirán interiores refinados de inspiración japonesa y servicios premium como piscina, gimnasio y jardín en el podio con vistas panorámicas. Pero el imán, el lugar que construye prestigio, seguirá siendo el restaurante.
Al final, el lujo contemporáneo se mide en experiencias. Y en esa ecuación, una mesa con firma —si es coherente, si emociona, si crea memoria— vale más que cualquier altura o cualquier cifra. La apuesta de Nobu por Manchester no se explica solo por la arquitectura o el mercado: se explica porque la ciudad tiene energía, tiene narrativa y tiene hambre de mundo.
Nobu quiere abrir camino en Manchester. Robert De Niro
Cuando una marca que ha marcado gustos durante 30 años decide salir de Londres y plantar su bandera culinaria aquí, el mensaje es directo: Manchester ya no compite por ser “la segunda”. Compite por ser la próxima.