El primer estudio completo que analiza el efecto de la dieta mediterránea sobre el organismo mantiene que ese patrón alimentario reduce un 33% la posibilidad de sufrir tumores gástricos, uno de los cánceres con peor pronóstico y tratamiento menos eficaz.
Lo novedoso de este trabajo es que, hasta la fecha, se habían identificado efectos beneficiosos de algunos alimentos concretos, como la fruta, la verdura o la vitamina C, pero no se había desvelado la importancia de la dieta mediterránea en su conjunto. "La influencia de cada alimento puede ser débil, pero el efecto simultáneo de componentes de la dieta mediterránea confiere una importante protección frente al cáncer gástrico", según los autores.
Los participantes en el estudio recibieron una puntuación entre 0 y 18, según el seguimiento que hacían de los patrones de la dieta mediterránea (elevado consumo de fruta, verduras, cereales, legumbres, frutos secos, pescado y aceite de oliva; moderado consumo de alcohol, y bajo consumo de lácteos y carne).
Tras nueve años de seguimiento, de todos los casos estudiados se detectaron 449 personas con cáncer gástrico. Gracias a la puntuación asignada con anterioridad se detectó que aquellos individuos con una mayor adherencia a la dieta mediterránea tenían un 33% menos de posibilidades de desarrollar este tipo de tumores, frente a aquellos que presentaban una puntuación menor.
Los tumores gástricos son la segunda causa de muerte por cáncer en todo el mundo, con más de un millón de muertes anuales. En España, sin embargo, es el quinto cáncer más frecuente, con 8.200 nuevos casos cada año. La enfermedad tiene un mal pronóstico, ya que suele diagnosticarse en estadios avanzados y no dispone de un tratamiento eficaz, como demuestra que la supervivencia a los cinco años no supera el 23% de los casos.