Sabemos que una vida sexual sana es sinónimo de buena salud física y mental pues no sólo tonifica los músculos y contribuye a eliminar toxinas gracias al sudor sino que libera una cantidad importante de endorfinas que provocan una estupenda sensación de euforia y relajo, entre muchos otros beneficios.
Existen muchos estímulos externos que pueden contribuir a mejorar nuestra vida sexual, entre los que se encuentran múltiples alimentos que vigorizan y favorecen el erotismo.
El potencial de estos alimentos, conocidos como afrodisíacos, reside en su capacidad para estimular los sentidos, ya sea por su forma, olor, gusto, tacto o incluso su sonido al masticarlos.
También existen alimentos con propiedades nutricionales que contribuyen a que el deseo y vigor sexual aumenten.
El apio, por ejemplo, contiene feromonas, el jengibre es altamente energizante y favorece la circulación sanguínea, el chocolate contiene feneletilamina y estimula el organismo, la sandía, como han demostrado estudios realizados en Harvard, tiene efectos similares a la reputada pastillita azul gracias a la citrulina y la arginina que disparan la producción de óxido nítrico relajando así los vasos sanguíneos.
Para incluir alimentos como estos en nuestra dieta basta con conocer sus propiedades e incorporarlos a nuestra alimentación cotidiana. La tradicional receta de gazpacho tan frecuente en nuestra gastronomía es de por sí un afrodisíaco por su pasional color rojo pero ofrece también vitaminas como la C, que estimula las glándulas endocrinas, o la E, que beneficia los órganos reproductores.
Con un buen conocimiento de este tipo de alimentos y los beneficios que aportan, podremos contribuir, de forma fácil y sin variar en exceso nuestras costumbres, a que nuestra vida sexual sea tal y como cada uno desea.