Delicias estivales: 4 alimentos infalibles

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Gabriela Sánchez
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alimentos verano

Comer ligero y refrescante en verano sin caer en la monotonía es probablemente el reto más difícil de esta temporada. Cuando se agotan las ensaladas clásicas o simplemente el paladar ruega por un cambio de sabor, toca sacar un haz de debajo de la manga. Para suerte de nuestros lectores, cual genio de la lámpara experto en soluciones culinarias, Excelencias Gourmet devela no tres sino cuatro ingredientes a la mano que inspiran infinitas combinaciones donde confluyen color, versatilidad y valor nutritivo a tus comidas.

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Lechuga: la reina de las ensaladas

Su textura crujiente y su sabor suave le reservan un lugar seguro en casi todas las ensaladas. Generalmente supone la base de muchos platos de vegetales, pero además es totalmente compatible con frutas frescas como melocotón, arándanos, mango, logrando equilibrar el dulce con lo salado e incluso frutos secos y quesos como el feta o mozzarella.

La presencia de la lechuga en los platos además de aportar una apariencia apetitosa, a nivel de organismo, ayuda a la hidratación, la salud ocular y la coagulación sanguínea, al ser un alimento rico en agua, varias vitaminas A, C, K ácido fólico y potasio.

Asimismo, es bajo en calorías y tiene propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Entre las variedades más comunes se encuentran la romana, iceberg y la batavia, cada una con sus propios matices de sabor pero todas tan beneficiosas como agradables al paladar.

Plátano: energía y dulzura natural

El plátano, guineo o banana (o) es otro imprescindible del verano. Al tratarse de una fruta de sabor dulce, a menudo se emplea en batido y postres, acompañando helados, etc . Sin embargo, esto no la excluye de platos salados como por ejemplo el curry, dotándolos de un toque suave y cremoso, así como un aroma que invita a probar.

Sus virtudes trascienden lo delicioso. De hecho, resulta un superalimento en tanto aporta nutrientes diversos vitaminas y minerales, entre los que se incluyen la vitamina C, B6, magnesio y, por supuesto, el potasio.  Todo ello la hace una verdadera bomba de energía, con beneficios para la función muscular, nerviosa,  el metabolismo y la salud ósea.

Asimismo, esta fruta tropical contiene antioxidantes y es rico en fibra, lo que favorece la digestión y contribuye a la salud intestinal. Pero lo que la hace un alimento veraniego es su capacidad para reponer los electrolitos perdidos por la transpiración.

Pescados azules, frescura de mar

Probablemente no haya un hábitat que transmita tanto la sensación de verano como el mar. Justo de él obtenemos una tríada de mariscos conocidos como pescados azules: el atún, la caballa y las sardinas. Tan comunes en la despensa que son muy fáciles de fusionar con casi toda clase de platos. Son alimentos de fácil conservación, por lo que a menudo apenas necesitan cocción y solo precisan macerados con cítricos o aceite de oliva. 

Por ejemplo, pueden compaginarse muy bien con lechuga fresca, especias fuertes y otros vegetales o como protagonistas de elaboraciones crudas como el ceviche, sushi y sashimi. Gracias a sus propiedades, devienen productos muy beneficiosos para el funcionamiento del cerebro.

Zanahoria: un vegetal a todo color

Aunque sea un potencial colorante natural que a menudo deviene broche “naranja” en el acabado de los platos, lazanahorias zanahoria tiene mucho más que ofrecer en la dieta. Esta hortaliza además de sus propiedades refrescantes tiene la ventaja de desdoblarse en un alimento tanto dulce como salado, crudos y cocidos.

Una de las recetas más frecuentes es rallar la zanahoria para complementar ensaladas o hacer cremas, pero también puede emplearse en yogures, manteniendo su matiz ligero. A menudo se le asocia con la buena visión dado su alto contenido de vitamina A, pero además desempeña un papel crucial en la salud cardiovascular y digestiva, gracias a ser rica en fibra.

Entre las combinaciones para el verano que no pueden faltar están la manzana verde, pasas y un aderezo de yogur y limón o col, cebolla roja y un toque de jengibre, aderezado con una vinagreta de sésamo.

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Gabriela Sánchez