Estados Unidos. A pesar de la incertidumbre económica, los tratamientos relacionados con la belleza siguen llenando las consultas de los doctores y el negocio marcha viento en popa.
Sólo en este país se practicaron más de 10 millones de tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos durante 2008, lo que supuso un volumen de negocio de 12.000 millones de dólares.
La Sociedad Americana para la Cirugía Plástica Estética (ASAPS) acaba de publicar los datos de su informe anual y a pesar de que el número general de intervenciones disminuyó un 12% con respecto a 2007, un análisis más detallado permite comprobar que hay una serie de tratamientos que siguen viviendo un boom espectacular.
La última década ha supuesto un éxito para la consolidación de los tratamientos estéticos y aunque el último ejercicio haya sido menor la estadística sigue siendo positiva para el negocio: el número total de tratamientos ha aumentado un 67% con respecto a 1997. Las cifras sorprenden más cuando se analizan con detalle.
Así, los tratamientos no quirúrgicos han experimentado un sorprendente crecimiento del 239% en este mismo período, en especial por el bótox. “La gente huye de los quirófanos, se buscan técnicas que consigan los resultados deseados sin efectos secundarios”, explica Uxía Martínez del Campo, directora del centro Body Vital de Madrid.
Hay varios motivos que influyen en la mayor demanda de este tipo de tratamientos. En primer lugar, la innovación: la medicina estética ha avanzado tanto que hoy en día hay técnicas específicas que se adaptan a las necesidades de cada paciente.
“Antes había un inyectable para todo, ahora se hacen con diferentes densidades y para zonas concretas”, apunta el doctor Moisés Amselem, que ejerce la práctica en la Clínica Francesa Dray de Madrid.
También influye el precio, considerablemente más bajo que en las grandes cirugías, y los efectos secundarios, que son mucho menores. Ya no son necesarias dos semanas de postoperatorio, ahora en cuestión de uno o dos días se está perfectamente y sin ‘huellas’ del tratamiento.
Eso ocurre con el bótox en comparación con los liftings faciales: su precio resulta más asequible y no necesita dos semanas de recuperación.
En general las técnicas más invasivas son las que más han sufrido la caída: las liposucciones, por ejemplo, descendieron un 25% en EEUU entre 2007 y 2008. Aun así sigue siendo el segundo tratamiento quirúrgico más solicitado, con 341.000 intervenciones e ingresos de 900 millones de dólares.