iNNoble se va y el vino vuelve a ponerse serio

iNNoble se va y el vino vuelve a ponerse serio
iNNoble pone punto final a su festival y revista tras casi una década agitando la cultura del vino. Un cierre sin ruido, pero con legado.
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Monday, December 29, 2025 - 10:23

iNNoble dice adiós sin estridencias y con un correo electrónico escueto, directo y sin giro de guion dirigido a todos sus suscriptores y seguidores. 

“No hay ni meme final: cerramos el chiringuito. El número 8 de iNNoble Magazine ha sido el último. El festival de junio de 2025, también”.

Así se cierra uno de los proyectos culturales más singulares del vino español contemporáneo, una iniciativa que durante casi una década consiguió algo poco habitual: hablar de vino sin solemnidad, con ironía, comunidad y espíritu festivo.

Un proyecto nacido desde la cultura del vino (y no desde el negocio)

El proyecto fue impulsado en 2017 por Armando Guerra y Rayco Fernández, dos agitadores culturales que entendieron el vino como un espacio de disfrute, conversación y pensamiento crítico. La primera edición del festival, una maratoniana jornada de 14 horas en el restaurante El Espejo de Sanlúcar, reunió a una veintena de productores y a más de un centenar de aficionados que acabarían convirtiéndose en “innoblers”.

Por allí pasaron nombres clave del vino español como Willy Pérez, Ramiro Ibáñez, Primi Collantes, Paola Medina, Jonatan García, Julia Casado, Germán Blanco o Niepoort, junto a prescriptores y comunicadores que entendieron desde el primer momento que aquello no iba de postureo, sino de comunidad.

Cinco festivales, ocho revistas y una forma distinta de vivir el vino

A aquella primera edición le siguieron otras cuatro: la de la Plaza de Toros, las dos del regreso a El Espejo y la celebrada en la bodega Orléans. Más tarde llegaría el salto, romántico y arriesgado, a la revista en papel, en plena hegemonía digital. Más de 1.000 personas se suscribieron sin dudarlo.

El balance final es elocuente: cinco ediciones del festival y ocho números de una revista con identidad editorial propia, levantados prácticamente “a media jornada” por sus fundadores. La única persona dedicada a tiempo completo fue Leonor García, pieza clave del engranaje organizativo y editorial, hoy integrada en los proyectos de Armando Guerra: Club Contubernio y Vinos Según Cede.

Cultura, vino y límites económicos

“Nunca fue un negocio, ni quiso serlo, pero tampoco resultó sostenible a largo plazo”, reconoce Rayco Fernández. iNNoble fue, ante todo, un proyecto cultural alrededor del vino: una comunidad que bebía, bailaba, debatía y leía desde otro lugar.

El cierre no responde a una crisis puntual, sino a una decisión tomada con tiempo y coherencia: terminar el año, publicar el último número y cerrar bien. La respuesta del público, mensajes, recuerdos, agradecimientos e incluso una pedida de mano durante el festival de 2023, confirmó la dimensión emocional alcanzada.

El hueco que queda (y que alguien llenará)

No hay, por ahora, planes de resurrección ni ofertas para retomar el festival, aunque tanto Armando como Rayco coinciden en que el espacio sigue existiendo.

“Las fiestas con vocación lúdica son necesarias porque hacen el vino más accesible”, resume Armando Guerra. “El vino necesita menos solemnidad y más disfrute”.

A partir de ahora, cada uno vuelve a sus frentes: Armando en Sanlúcar, entre la Taberna der Guerrita, Club Contubernio y su bodega familiar; Rayco en El Hierro con Bimbache y en su agencia Buena Uva, desde donde acaba de anunciar un nuevo videopodcast.

iNNoble no desaparece: se convierte en memoria

Aunque el proyecto cierre, iNNoble no desaparece. Queda como una forma de entender el vino, como una pequeña leyenda contemporánea que demostró que se puede hablar de cultura vinícola sin rigidez, sin trajes prestados y sin miedo a mezclar placer, pensamiento y diversión.

Porque hay proyectos que no se miden por su continuidad, sino por la huella que dejan.