La Carta de Habanos, el éxito de una decisión

Creado: Vie, 23/07/2010 - 05:58
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Por Dr. Ing. Luis Sorinas González
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La Carta de Habanos, el éxito de una decisión

Fortaleza, sabores, olores, dimensiones, tiempo de fuma, armonías, todo eso y más golpea las sienes del sommelier cuando debe recomendar un Habano a un cliente.

Por eso, contar con una herramienta como la carta de Habanos propiciará aprovechar la poesía e intensidad de la correcta elección, basada en el buen gusto y el conocimiento de las aristas y la redondez de cada marca.

El habano, como ser cambiante en sus tres tercios de fumada, de efímera y luctuosa vida, será siempre el centro de los intensos momentos que el placer tributa a los humanos.

¿Qué no debe faltar en una Carta de Habanos? ¿Qué elementos deberán potenciarse? ¿Cuáles vitolas elegir como sellos emblemáticos de las marcas y de ellas cuáles abordar? Estas son preguntas a responder que recaban de tiempo y espacio para la meditación.

En toda Carta de Habanos deben estar presentes, como pilares, marcas globales y de especialidad. No todas, pero sí aquellas que por su estilo e intensidad obnubilan y generan la diferencia.

Como primera elección sugerimos Hoyo de Monterrey, con su estilo suave, cremoso y dulzón; con sus ligeros tonos a madera envejecida, a flores silvestres, a pulpa de frutos y tabaco fresco, todos en una armonía donde nadie se impone.

Le sigue H Upmann, con su estilo limpio y potente, en el que prevalece el sabor a tabaco directo por encima de los tonos vegetales, de frutos secos tropicales, de madera fresca y pimienta blanca. Su bocanada es profunda y su fortaleza de suave a media.

No debemos olvidar a San Cristóbal de La Habana, de estilo suave y una mezcla de miel, cedro y roble americano que sustentan el sabor a tabaco durante toda la fumada, con tonos de pimienta negra seca en el paladar.

Sin duda otra joya lo es Trinidad, con su estilo amaderado y toques dulces y de frutos secos tostados —a café y cacao torrefacto— que perdura en el paladar sin agredir y potencia el sabor a tabaco.

También está Romeo y Julieta, que como faro señala el centro de las marcas, con sus sabores robustos y complejos. Su mezcla perfecta desborda por sus tonos florales, a madera, a nuez, a cacao y café frescos, a la flor de la vainilla. Todo ello con su profundo sabor a tabaco que origina gran placer en el paladar.

Interesante sin duda es la inclusión en una Carta de Habanos de Vegas Robaina, con su estilo inconfundible y elegante mezcla de ligeros tonos a nueces secas, pimienta blanca, miel de la tierra, que posee una tanicidad agradable, la cual fortalece su sabor a tabaco tostado y seco en el paladar. Su bocanada es amplia y su fortaleza de media a fuerte.

Cabe el lugar también a una de las más grandes marcas, Montecristo, cuya ligada maravilla a todo público, con su sabor fuertemente afrutado y seco, con puntas definidas de café, cacao seco, chocolate y vainilla seca, así como con una ligerísima terrosidad que no superan en conjunto a su sabor medio a tabaco.

Casi para el cierre de esta lujuria para los sentidos dejamos a la distinguidísima Partagás, con su estilo único e inconfundible, fuerte y potente durante toda la fumada, de intenso sabor terroso y gusto impresionante a tabaco negro.

Pero si de Carta de Habanos se trata, no quepa duda que en ella debe estar presente esa reina indiscutible y colofón de placer para los amantes del habano que es Cohíba. Su estilo es herbáceo y cremoso durante todo el tiempo de la fumada, con sabores intensos y marcados a vainilla, café y cacao torrefacto. Estas puntas se amalgaman en nariz y paladar para lograr un equilibrio sabio, que no nos abandonará hasta mucho después del acto de fumar.

Es recomendable la presencia de habanos parejos y mono figurados en la elección de los que vamos a presentar. Los fumadores expertos y los sommelieres podrán con ellos disfrutar de diferentes cortes del puro y por tanto de fumadas con diferente intensidad.

Es necesario recordar que desde 1988 en Cuba, cuna de los Habanos, se estandarizaron las dimensiones de las vitolas en las fábricas, de forma tal que una misma vitola de galera solo diferirá en la formulación de su ligada, la cual responde a cada marca.

Por esa razón los habanos llevan un nombre en la fábrica (galera) y otro diferente para la salida por la marca. A modo de ejemplo pudiéramos citar a la vitola de galera Mareva, la cual sale a la venta con formulaciones diferentes, como en el caso de la marca «Romeo y Julieta», donde es el Romeo No.2, mientras que por la marca «Montecristo» es el Montecristo No.4, y es el Siglo II de Cohíba-1492.

Otro detalle a no olvidar es la duración del puro una vez encendido (ver la tabla), a partir de los tipos de vitolas presentes en la carta.

Esta información es muy importante para el sommelier y para el cliente, dado el papel que juega el tiempo disponible para ambos actores en esta mágica unión, aunque corresponde al segundo, sin contradecir los deseos de quien escoge qué fumar, sugerir con qué acompañar la fumada de cada gran habano de su carta.

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