Víspera de reyes a base de nata montada

Creado:
Autor:
Credito
Gabriela Sánchez
Categoría
dia-de-la-nata-montada

Hoy celebramos el Día Mundial de la Nata Montada. Definitivamente, no hay manera de olvidar un día como el 5 de enero. Además de ser la noche del año en la que menos duermen los niños, el calendario le ha asignado la fecha a este ingrediente imprescindible del postre emblemático de estas fiestas: el roscón. Así, tenemos todas las excusas para hacerle pleitesías. 

Primero hay que puntualizar que la nata montada no es lo mismo que la crema de leche, aunque comparten el mismo origen lácteo. La esencia de la nata montada radica en su contenido de grasa, que supera el 35%, lo que le otorga una textura firme y esponjosa que la hace ideal para la repostería. Mientras, la segunda resulta más ligera y fluida, una buena elección para salsas o sopas.

¿Puedo hacer mi propia nata montada?

La respuesta es un sí rotundo. El punto de partida de la preparación es la crema para batir bien fría (con al menos un 35% de grasa), azúcar glas y, si lo deseas, un toque de vainilla para darle aroma. El secreto está en enfriar el bol antes de batir y hacerlo a velocidad constante hasta que se formen picos firmes. 

Un par de ideas para añadirla a tus recetas

En el mundo de los postres, hay pocas combinaciones tan inseparables como  la tarta de fresas con nata. Para su preparación, lo primero es elaborar un bizcocho esponjoso, y cortarlo en dos o tres capas. Por otro lado, después de lavar bien las fresas, deberás hacer con ellas láminas finas. Justo en el relleno es que interviene la nata montada que se combina con crema fría, azúcar glas y un toque de vainilla. La mezcla y las fresas se extienden sobre cada nivel del bizcocho hasta su cubierta decorada con más trozos de la fruta.

Otro clásico son los profiteroles rellenos de nata, pequeños bocados de masa choux que se rellenan con nata montada y se coronan con chocolate. La receta lleva agua, mantequilla, harina y huevos, una mezcla de la cual se obtiene una masa que se cocina al horno en pequeñas porciones hasta que estén doradas y huecas por dentro. Una vez frías, se parten por la mitad y se rellenan con la gran protagonista: con la nata montada. Para su acabado es común cubrirlos con chocolate derretido o ganache. 

Por último, uno muy sencillo pero que nunca decepciona son las copas de frutas con nata. Entre las más populares se hallan las  fresas, plátanos, kiwis y arándanos. Se suelen acompañar con un toque de licor o ralladura de chocolate.

Credito
Gabriela Sánchez